miércoles, 29 de diciembre de 2010

'BRUC. EL DESAFIO'. 'Bructus'


CRÍTICA DE CINE

'Bruc. El desafío' (Daniel Benmayor, 2010. España)

Hay material de sobra para elaborar con la denominada leyenda del Bruc, acto de resistencia localizado en la Guerra de la Independencia, un producto cinematográfico de primer orden. El pack incluye un héroe, una historia en la que todavía aguantan interrogantes, una desigual refriega bélica y un entorno hechizante. Otros lo intentaron décadas atrás y Daniel Benmayor toma ahora el testigo en la que es su segunda película tras ‘Paintball’ (2009), con la que comparte una identidad y un estilo común. El cineasta basa su propuesta en una reformulación de esta leyenda de principios de siglo XIX. Más bien la arrincona y centra sus esfuerzos en dibujarle un contexto. ‘Bruc. El desafío’ se constituye así como un ‘qué pasó después’, un ‘survival’ en el que el uso de la sangre, un lenguaje descarnado y una bienvenida rebaja del tono épico adherido a este tipo de aventuras no logran desviar la atención sobre lo que realmente es, un producto sorprendentemente ingenuo, con aspiraciones de saltar fronteras y que gira alrededor de la figura descamisada de Juan José Ballesta, con todo lo que conlleva de cara a la captación de un público juvenil.

Benmayor manejó en la febril aunque incompleta ‘Paintball’ un referente como ‘Depredador’ (John McTiernan, 1987). Había ahí un cineasta de pulso ágil, inteligente en el manejo de las distancias cortas y hábil para registrar sensaciones como el miedo desde el prisma de la soledad. En ‘Bruc. El desafío’ sube las aspiraciones y se extiende en una interminable persecución a vida o muerte entre el protagonista, finalmente reconvertido en un alter ego ‘light’ y sin relecturas posibles del Stallone de ‘Acorralado’ (Ted Kotcheff, 1982), y una avanzadilla de soldados franceses sin otro objetivo que reestablecer la honra napoleónica. La estimulante puesta en escena y la majestuosidad bien (sobre)explotada de las montañas de Montserrat no ocultan las carencias a nivel interpretativo y emotivo de un filme que deja en compás de espera la explosión del potencial que se le supone a Daniel Benmayor.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Mantengo que una cosa es el slasher, genero al que se adhiere Paintball, y otra este Survaival, jeje. Es verdad que las dos transcurren en medio de un paraje natural, pero las coincidencias terminan ahí. Lo peor que tiene Bructus es que no se explota la intensidad de la cacería humana y que la galería de secundarios innecesarios es impresionante. De acuerdo con la sobre explotación de las montañas y la ingenuidad de la propuesta. A eso sumaría un mal uso del sonido.

Ballestas, como Arnold en Depredador y Stallone en Rambo 2, ya puede presumir de haberse embarrado... Bueno, encenizado en su caso.

Anónimo dijo...

A ver, creo que el 'slasher' es cuando hay un psicópata y alrededor una serie de jovenzuelos normalmente hormonados e incautos y me parece que no es el caso de 'Paintball', en lo que se trata es de sobrevivir. En algunos momentos 'Bruc' y 'Paintball' me parecieron intercambiables, salvando el cambio de época. El Ballestas va para crack, desde luego.

Rafa

Unknown dijo...

Para que haya slasher no es indispensable la existencia de jovenzuelos. Es casi más imprescindible un malo cuasi omnipotente que se vaya cepillando a los protas. En Viernes 13 o Halloween el malo no es nadie conocido (en plan "vaya, era ese tío"), si no que es un tipo que mata a los protas hasta que sólo queda la chica. Entonces es cuando ya se vuelve humano y empieza a recibir. Como ves, eso cuadra con Paintball, pero no con Bruc, que se parece más a Juego de Supervivencia, otro survival, o, en límite entre los géneros, Las montañas tienen ojos (que también es survaival aunque haya una familia a la que le matan unos cuantos miembros).

Para mí, el entorno del medio natural en Paintball está mucho más conseguido que en Bruc, donde queda muy bien la montaña en la fotografía, pero no es tan utilizada como un elemento más de la película. El mismo montaje en las pélículas difiere, siendo más violento en Paintball, mientras que en Bruc está lastrado por la necesidad de conectar personajes. En Paintball, lo único que se pretende es ir aniquilando gente sin que importen mucho quiénes son y eso se nota en la forma en que está rodada la película. En Bruc se quiere profundizar en determinados secundarios, como el periodista (que no debería existir) o la novia (que debería tener una presencia meramente instrumental).

Esta tarde nos vemos Bric y Juego de supervivencia. Ya veras como te parecen primas hermanas.

La pregunta cojonuda podría ser: ¿es Depreador un slasher o un survival?