martes, 18 de agosto de 2009

'LAS MANTAS DE ANGELINA'. Joan Plaza


CRÍTICA LITERARIA

Obra: 'Las mantas de Angelina'
Autor: Joan Plaza
Editorial: Sombra
Género: Novela
Páginas: 140
Año: 2009



SUEÑOS ALEJADOS DE LA CANCHA

Joan Plaza se estableció en una de las casetas de menor tamaño de la Feria del Libro, en uno de los extremos del largo pasillo del Retiro. Compartía espacio con obras de literatura infantil. No hizo valer su condición de entrenador de un equipo de primer nivel como el Real Madrid, a punto entonces de ser ex, para promocionar y aumentar las ventas de la que es su primera novela publicada en español. En voz baja y con la advertencia siempre presente de que todavía se siente un intruso entre los escritores, Plaza dejó momentáneamente el banquillo y la pizarra para dar rienda suelta a un sueño, la literatura. A primera vista, dos territorios que suelen congeniar con dificultad, libros y deportes. Pep Guardiola regaló a Leo Messi un ejemplar de 'Saber perder', de David Trueba, con el plausible objetivo de motivarle y, de paso, que sus inquietudes ganaran peso. El argentino no lo leyó. Simplemente porque no lee, aclaraba unas casetas más allá en tono sarcástico el propio Trueba. Lo habitual, sólo hay que darse un paseo por las páginas de los periódicos deportivos y leer las entrevistas.

En 'Las mantas de Angelina' (Editorial Sombra) no hay ni un vestigio de aliento deportivo y sí una sutil y sencilla deconstrucción del sentido de la vida. Que nadie espere alardes literarios en el debut de Joan Plaza. La novela sale de un impulso muy común en aquellas personas que, desde el púlpito de un inmenso sentido de la responsabilidad, ven la realidad como una sucesión de pequeñas decisiones capaces de alterar, modificar y desviar a lugares insospechados el discurrir de una vida.

Plaza sabe bien qué quiere transmitir y cómo debe hacerlo, sin entretenerse en detalles y transitando por la vía más rápida para conectar con el lector. 'Las mantas de Angelina' confronta sueños y realidad, valentía y rutina. Es, por lo tanto, una novela de choque, dictada desde dentro y que permitirá al lector, al borde de un libro de autoayuda y refresco mental, calibrar si de verdad su existencia está regida por los condicionantes sociales autoimpuestos o por el riesgo que comporta vivir de acorde a los sentimientos verdaderos, en lo que igualmente podría ser una más de las formas del egoísmo que campa en las orillas del siglo XXI.

Narrada en primera persona, 'Las mantas de Angelina' se mueve en dos planos, el real y el ficticio, lo que es y lo que pudo haber sido. Ese otro mundo de sueños, viajes 'dickensnianos' a la infancia, París, Nueva Orleans y Menorca estructurados a modo de flash-back, revela a Julia, una mujer de 40 años, casada y con dos hijos, todo aquello que dejó atrás por temor a la reacción de su familia y ante la posibilidad de dañarla. Llegado el momento, Plaza elude caer en sentimientos como la amargura y la frustración, a lo que son tan proclives aquellas personas que han visto pasar los mejores años sin que se hayan cumplido sus expectativas. Subyace en esta novela breve de lectura rápida, sensitiva e intensamente melódica (toneladas de jazz sureño y pop anglosajón) un optimismo contagioso, tan a la contra de lo exigido por el tema, y que el autor plasma con la fiereza del que sabe que la oportunidad tan deseada puede llegar cuando menos se espera. En una definición pegada a la línea literaria, 'Las mantas de Angelina' vendría a ser el reverso, el lado amable y esperanzador de una novela, tan en boga por el salto al cine, como 'Revolutionary Road', de Richard Yates.

'Las mantas de Angelina' mantiene el mismo tono en todo momento, una virtud en un escritor debutante que no ha dudado en revelar, en un ejercicio nada habitual de humildad, que le faltan lecturas. Es, sin duda, un primer paso admirable el hecho de que una persona tan profundamente ligada al mundo del deporte rompa tabúes en la época de la videoconsola y el I-Pod y se lance de lleno a la literatura, no a esa fórmula encuadernada en forma de biopic literario cuajada de tópicos y vocabulario épico.

Si bien es cierto que a Plaza todavía le falta el poso necesario de la experiencia, lo cual se advierte en una prosa demasiado básica en algunos tramos y en puntuales deficiencias en la traducción del catalán al castellano que se podrían subsanar, 'Las mantas de Angelina' saca a la luz a un creador con un imaginario propio y capaz, desde la sencillez, de obligar a reflexionar sobre los sentimientos más íntimos, algo por lo que ya debería valer la pena dedicar un tiempo a este libro cargado de buenas intenciones.