jueves, 31 de agosto de 2006

PEREZA. Poca pegada

CONCIERTO

Pereza
Estilo: Pop-rock
Escenario: Huerto de los Leones (Alcalá de Henares). 24 de agosto de 2006

El de Pereza es uno de los casos más misteriosos del panorama musical en la actualidad. Aunque más que enigmático, se le puede considerar afortunado. Rubén y Leiva llegaron, observaron la nula competencia en el campo del pop-rock callejero, movilizaron con ayuda externa la maquinaria de marketing para crear dos personajes con enganche, sonrieron por todos lados y obtuvieron como resultado el éxito inmediato.
Con apenas dos discos en el mercado, tres si se cuenta ese álbum de debut en el que eran terceto y vendían otra imagen, han revolucionado la limitada escena musical con un estilo canalla, divertido y gamberro pero poco perturbador. El concierto de Alcalá de Henares fue así, ligero y superficial. Mucha pose, poca música. Sufrieron para llegar a los noventa minutos de duración, que alcanzaron después de rellenar el tiempo con un exceso de guitarreo –en estudio suenan muchísimo mejor- y de conversaciones vacías, en algún caso de dudosa autenticidad.
Un directo el de Pereza con poca pegada, algo inesperado para un grupo que ha hecho de su frescura, juventud y pujanza una de sus mayores bazas. En formación de cuarteto, Pereza repasó en profundidad los temas de sus dos últimos trabajos, 'Algo para cantar' y 'Animales'. Priorizando la estética al fondo, desde el escenario empezaron a sonar esas piezas marca de la casa, rápidas, vibrantes, espontáneas, ágiles y que no difieren de la estructura básica que sujeta el cancionero de la mayoría de grupos de primer nivel comercial del país.
'Si quieres bailamos', la efectiva 'Yo sólo quiero', 'Házmelo' y 'Superjunkies' (con dedicatoria a los políticos encarcelados en Alhaurín de la Torre) fueron el aperitivo suave a las verdaderas cabeza de cartel. 'Todo' se escuchó dos veces, licencia de un acelerado Leiva. 'Princesas' desembocó en una locura colectiva, que sólo se repitió en el tramo final con 'Pienso en aquella tarde', esa canción que no paró de sonar en las emisoras durante muchos meses.
Pereza ofreció lo de siempre, aunque con matices. Música descontrolada, mucho sexo y ligoteo, fácil digestión y olvido instantáneo. Continuas referencias (Burning, Sabina, Rolling Stones) para un grupo que todavía no ha conseguido un sonido totalmente personal.

viernes, 25 de agosto de 2006

JOAQUÍN SABINA. Impartiendo doctrina

CONCIERTO

Joaquín Sabina
Grupo: Olga Román, Pancho Varona, Antonio García de Diego, Pedro Barceló y Jaime Asúa
Escenario: Huerta del Palacio Arzobispal (Alcalá de Henares). 22 de agosto de 2006


Hablar de Joaquín Sabina es referirse a la poesía de barra de bar, a los ripios creados a base de tragos de ron y a las madrugadas de creatividad solitaria en un piso de Tirso de Molina. Casi tres décadas después de la publicación de su primer álbum, ese ‘Inventario’ al que siempre ha considerado un hijo bastardo en medio de su selecta discografía, continúa sobre los escenarios con el mismo carisma rebelde y canalla. Atrás quedan apagones personales, polémicas mediáticas y críticas infundadas. En su actuación alcalaína, el de Úbeda volvió a impartir doctrina.
Pasaban diez minutos de las 22.30 cuando un Sabina con aspecto de juglar bohemio y urbano pisó las tablas de la Huerta del Obispo. Desgarbado, contradictorio e indiscutiblemente profesional, el jienense desterró pronto las dudas de los más incrédulos. Su voz no se quebró y fue adquiriendo el timbre necesario para ofrecer dos horas y cuarto de canciones imborrables y versos eternos.
El concierto de Alcalá, esa concurrida antesala de Las Ventas que está “tan cerquita del foro”, se inauguró con la esperada ‘Aves de paso’, a la que tomaron el relevo la ya imprescindible ‘Ahora que…’ y ‘Esta noche contigo’, que sonó espléndida en esa cercana y abrumadora versión eléctrica.
El repertorio de esta ‘Carretera y Top Manta’ no distó mucho de la anterior propuesta acústica de la ‘Gira Ultramarina’. El eje central del concierto de la Huerta del Palacio Arzobispal incluyó algunas de esas canciones que han logrado ganarse la privilegiada etiqueta de insustituibles, como ‘Princesa’, ‘¿Quién me ha robado el mes de abril?’, ‘Contigo’, ‘Peor para el sol’, ‘19 días y 500 noches’, ‘Calle melancolía’ o la teatral y encantadoramente indecente ‘Una canción para la Magdalena’.
Las principales novedades aparecieron de la mano de la vertiente más eléctrica del recital, encabezada por dos himnos –‘Conductores suicidas’ y ‘La del pirata cojo’- incluidos en esa joya discográfica que es ‘Física y Química’. Los regalos para los incondicionales llegaron con los sonidos de algunas de esas rarezas a la espera de ser recuperadas, entre las que destacaron la infravalorada ‘Mentiras piadosas’ o esa pincelada entrañable que fue, es y seguirá siendo ‘Caballo de cartón’.
‘Alivio de luto’ apareció sólo de puntillas. El último trabajo de Sabina no ha calado hondo entre sus seguidores y únicamente ‘Resumiendo’, ‘Nube negra’, ‘Pie de guerra’ y ‘Pájaros de Portugal’, pieza que ha logrado hacerse un justo hueco entre los temas imprescindibles del cancionero sabiniano, lograron colarse en el disputado repertorio.
Entre las apariciones de sus fieles acompañantes destacó la de esa diva dulce y frágil que es Olga Román, que inauguró la interpretación coral de la ‘Marilyn Monroe’ de Alarma!!! y encandiló una vez más con esa maravillosa copla que dio paso a ‘Y sin embargo’. Jaime Asúa se atrevió a sustituir a la voz de Fito Páez en ‘Llueve sobre mojado’, Antonio García de Diego volvió a demostrar que es capaz de superar a Sabina con esa joya escondida que es ‘A la orilla de la chimenea’ y el genial Pancho Varona defendió su ya consolidada versión eléctrica de ‘Esta boca es mía’ antes de cambiar su vestimenta por una sotana “muy arzobispal”.
Dos horas después de los primeros compases del concierto, la eficaz fusión de ‘Noches de boda’ y ‘Y nos dieron las diez’ puso el sobresaliente punto y final. Los asistentes se fueron a dormir mientras se escuchaban de fondo las notas de ‘Pastillas para no soñar’. Un lujo para el oído y el alma.

(MM)

ARIEL ROT. Una máquina de rock

CONCIERTO

Ariel Rot
Estilo: Rock
Escenario: Huerto de los Leones (Alcalá de Henares). 22 de agosto de 2006

Ariel Rot, como el rock, como ese buen vino que tanto aprecia, como su propio estilo, ha ido madurando con el paso de los años. Viejo ídolo de quinceañeras elevado a la categoría de sex symbol, el hispanoargentino pisa ahora por la otra cara de la música. La de la supervivencia, la de la pelea por la edición de un nuevo álbum, la de las dificultades por cuadrar una gira y contratar una formación estable.
No lo tiene fácil la potente, elegante y adulta maquinaria de rock and roll que maneja con sabiduría el ex Tequila y ex Rodríguez. Parte de su repertorio no logra llegar al gran público y, cosas de la edad, que no perdona, le falta un plus de ingenuidad juvenil, esa chispa que tanto se envidiaba en tiempos pasados. Pero con lo que tiene, que no es poco, le basta para impartir lecciones de dignidad y coherencia sobre el escenario. Porque Ariel Rot, de lo que puede presumir es de tener canciones, canciones y más canciones. Con Los Rodríguez y en solitario, reconocibles y en mayúsculas.
Músico de corto y largo recorrido, en Alcalá de Henares fabricó el pasado martes una velada notable. Buen gusto el del hispanoargentino, que se adaptó perfectamente a la dinámica de un concierto muy íntimo, más de lo deseado por culpa de la machacona ignorancia de los políticos dedicados a potenciar, un decir, la faceta cultural. Hacer coincidir a Ariel Rot con Joaquín Sabina en dos escenarios prácticamente vecinos y casi a la misma hora no puede recibir otro nombre. O Rot o Sabina, pero imposible ver a los dos. Contraprogramación musical. Algo estúpido si se tiene en cuenta que no hay más conciertos de semejante calibre a lo largo del año en la ciudad. El que más lo notó fue el creador de ‘Dulce condena’, que vio como su público se quedó compuesto por un escaso núcleo de irreductibles seguidores. Pocos, pero afortunados. Una soledad que no le es desconocida, por otra parte.
A Ariel Rot no le importó. Él, a lo suyo. A impartir lecciones con una de esas guitarras que conversan amigablemente con el personal, poses clásicas incluidas. A emocionar con una voz quebradiza y angulosa que mejora sus prestaciones con el paso de las años. A exhibir a una banda pletórica, divertida, nada cansina y sin ínfulas de exhibicionismo. Y a repartir emoción a través de un repertorio ideado con inteligencia. Canciones hubo de todo tipo. De la última hornada, como las notables ‘Ahora piden tu cabeza’ y ‘Los tipos duros no bailan’. De tiempos no tan lejanos, caso de la vibrante ‘Lo siento, Frank’ y de traca una ración nada desestimable de temas de Los Rodríguez, con ‘Milonga del marinero y el capitán’, ‘Me estás atrapando otra vez’ y ‘Mucho mejor’, todas defendidas con una frescura difícil de ver.
Un festín por todo lo alto, de sobresaliente. Y no faltó tampoco a la cita el recuerdo emocionante al recientemente fallecido Guillermo Martín, legendario guitarrista con el que Ariel Rot compartió escenario y amistad. Como tantos otros muchos que, desde lo barrera, lo hicieron a través de sus inolvidables punteos.

viernes, 11 de agosto de 2006

Pancho Varona: "Sabina quiere hacer el mejor disco de su carrera"

ENTREVISTA

Pancho Varona es una de esas personas agradables que llevan el talento con tranquilidad. Hace 24 años que Joaquín Sabina le apartó de su futuro de funcionario y le hizo debutar en un concierto en Alcalá de Henares. Después llegarían 1300 recitales más, un buen puñado de canciones imborrables facturadas a medias y una sólida admiración mutua. Varona regresará a Alcalá el próximo 22 de agosto para acompañar al cantautor jiennense sobre el escenario del Palacio Arzobispal.

Después de más de 1300 conciertos con Joaquín Sabina, ¿cómo se lleva la larga convivencia artística?
Pancho Varona: Se lleva tan bien que seguimos juntos después de 24 años. Eso no pasa ni en las parejas más enamoradas. El nivel de entendimiento que tenemos Joaquín y yo es impresionante, cada día más. Es una relación estupenda con todos los pros y casi ningún contra.

¿Se considera el colaborador al que más caso hace Sabina?
Creo que sí, aunque me da un poco de vergüenza decirlo. Me permito el lujo de darle mi opinión y me hace bastante caso. Musicalmente somos uña y carne, junto con Antonio García de Diego.

Iba para funcionario del Ministerio de Defensa cuando Joaquín Sabina le pidió que tocara con él, ¿cómo recuerda aquello?
Iba a opositar y me estaba preparando en una academia de Madrid. Joaquín me hizo una oferta irrechazable invitándome a tocar con él. Mi debut fue precisamente en Alcalá de Henares. Yo tenía poco más de 20 años y un ataque de pánico absoluto. No sé cómo explicar lo que significaba para mí el hecho de no haberme planteado en la vida ser músico y, de una semana para otra, actuar delante de miles de personas.

¿Qué recuerdos tiene de sus actuaciones en Alcalá?
De Alcalá me acuerdo sobre todo por aquella primera vez. Tengo otro recuerdo muy claro: cuando actué con Estopa hace dos años. También fue un concierto precioso, en el que grabamos el video de una canción tocando en directo. La verdad es que tengo Alcalá bastante presente, por supuesto.

Después de tanto tiempo tocando con Joaquín Sabina, ¿es de los que piensan que es ahora cuando mejor canta?
Por supuesto que sí. Hubo una época en que Joaquín tenía mucho empeño en 'cantar bien', en demostrar lo que su voz podía dar de sí. Hubo un momento, creo que fue grabando 'Esta boca es mía', en que se dio cuenta de que su voz por abajo era más bonita que en agudos. Fue a partir de ahí cuando empezó a transformar su estilo y su forma de cantar.

Antes de comenzar la 'Gira Ultramarina', ¿pensaba que Sabina cumpliría su calendario de conciertos?
No confiaba en él en absoluto. Joaquín tiene unos picos de euforia tremendos y después bajones. Pensé que el proyecto de la gira había surgido en uno de esos picos de euforia y creí que luego se iba a venir abajo. A lo mejor le venía un poco grande enfrentarse al público después del problema que había tenido, de la enfermedad. Reconozco que me equivoqué como un bellaco. Todos los días me lo recuerda y yo tengo que agachar las orejas y decir: "Me equivoqué primo, lo siento".

¿Le han sorprendido su aguante y sus ganas después de tantas actuaciones en directo?
Es increíble. Creo que está mejor que nunca. Ha habido giras mejores y giras peores, pero pocas veces le he visto tan concentrado en el trabajo. Está haciendo esfuerzos reales. Ahora lo secuestran después de los conciertos y se lo llevan a la cama directamente para que no tenga la tentación de irse por ahí a tomar copas. En vez de disfrutar la gira al acabar los conciertos, piensa inmediatamente en la siguiente actuación. Hay que estar muy cerca de él para darse cuenta del mérito que tiene lo que está haciendo.

Antes de comenzar con la gira de verano 'Carretera y Top Manta' había que seleccionar el repertorio, ¿hubo descartes dolorosos?
Sí, por supuesto. Cuesta muchísimo quitar canciones como 'Ruido' o 'Medias negras'. Ahora estamos preparando algunos cambios para los conciertos de agosto y septiembre. Queremos volver a tocar 'Ruido', que nos parece una belleza de canción, y recuperar 'Pongamos que hablo de Madrid', un tema que no tocamos desde hace muchísimo tiempo y que nos encanta.

Dos semanas después de pasar por Alcalá llega el esperado concierto en Las Ventas, ¿tienen ganas de llegar a Madrid?
Hay una mezcla de ganas y de miedo. Tocar en cualquier sitio de Madrid impone. Nosotros vamos a Alcalá pensando que va a ser la antesala de Las Ventas. Sabemos que va a ir mucha gente de Madrid, los amigos, los conocidos, la familia... Tocar en casa siempre es importante. Hay muchas ganas, pero también mucho respeto.

Joaquín Sabina y usted comparten escenario con Antonio García de Diego, ¿le consideran el auténtico genio musical?
Por supuesto, no tengo ninguna duda. Yo tengo mis puntos de inspiración y Joaquín también, pero el que coge una canción una vez que está hecha, la pone patas arriba y la desmenuza es Antonio. Lo tiene clarísimo todo. Él toca teclados, guitarras, hace coros... Es el auténtico comodín.

Además de ser músico de Sabina, usted ha compuesto muchas de sus canciones y temas para otros artistas. Si tuviera que elegir alguna, ¿con cuál de esas creaciones se quedaría?
Es muy difícil porque, como se suele decir, todas son hijas mías y no está bien decir que una es más guapa otra. Indudablemente hay una canción clave en mi carrera y que me ha dado unas satisfacciones tremendas, el 'No me importa nada' que canta Luz Casal. De las que he compuesto con Joaquín me quedaría con cualquiera: 'Y sin embargo', 'La del pirata cojo'... Si tuviera que elegir dos de mis composiciones me quedaría con 'No me importa nada' y cualquiera de las que he hecho con Joaquín.

¿Cuál de los temas de Sabina le hubiera gustado firmar?
Muchísimos... 'De purísima y oro', 'Noches de boda', '¿Quién me ha robado el mes de abril', 'Que se llama soledad', '19 días y 500 noches'... Me pongo a decir y no paro. Le admiro muchísimo como músico.

¿Sigue pensando que Joaquín Sabina debería componer más?
Efectivamente. Siempre he dicho que cuanta más música de Joaquín hay en los discos, mejores son esos discos. A él se lo digo a diario. No creo que eso sea tirar piedras contra mi tejado. Sin desmerecerme, creo que Joaquín es un músico impresionante.

Aparte de músico y compositor, también es productor, ¿le llena esa faceta?
A mí me gusta trabajar con Joaquín en lo que sea. Entre el directo, la composición y la producción, esto último es lo que menos me gusta. No soy animal de estudio y no tengo el suficiente sentido de la concentración para hacer un trabajo meticuloso. Para eso son perfectos Antonio García de Diego o José Romero. A pesar de ello, estamos produciendo mucho. Además de a Joaquín también lo hemos hecho con Estopa, Pasión Vega... Incluso últimamente hemos hecho alguna cuña publicitaria.

Precisamente cuando Antonio García de Diego y usted no participaron en las tareas de producción apareció '19 días y 500 noches', ¿sigue pensando que es el disco de Sabina que peores arreglos tiene?
Sí. Es un disco con unas canciones maravillosas y una portada preciosa, pero creo que está un poco descuidado. La gente puede pensar que estoy celoso, pero creo objetivamente que no es el disco de Joaquín que mejor suena.

En 1995 publicó su primer y último disco en solitario, ¿se plantea retomar esa faceta?
No tengo vocación de artista ni de solista. Casi me convencieron para grabar aquel disco y lo pasé fatal. Fue un álbum que prácticamente nació, vivió y murió en la misma semana. Ni siquiera sé dónde se puede conseguir. A lo mejor hay una posibilidad de reeditarlo, pero no lo sé.
Ahora estoy muy a gusto donde estoy y no quiero moverme de ahí. Sí es cierto que este año he pensado que a lo mejor hago otro disco. Tengo alguna pequeña oferta, pero todavía me falta convencimiento.

En 'Alivio de luto' se incluye la canción 'Contrabando', un tema suyo que estaba en aquel disco en solitario, ¿prefiere su versión o la de Sabina?
En mi disco se llamaba 'Corazón de contrabando'. Joaquín cambió un poco la letra y el título y la metió en el disco. Es prácticamente igual, pero me quedo con la mía con los ojos cerrados.

Se le ve habitualmente en conciertos de algunos de sus amigos, ¿qué opina de Quique González?
A Quique lo adoro. Creo que es, con mucha diferencia, el mejor autor de canciones que hay ahora mismo en este país. Tiene discos maravillosos, preciosos. Entre la gente joven me quedaría con él sin dudarlo. A Joaquín también le gusta muchísimo. Quique iba a ser telonero suyo hace tres o cuatro años, pero la gira se suspendió.

Además de actuar en 'Carretera y Top Manta', participa en una pequeña 'gira' paralela, 'Karaoke y Top Colcha', que llegará el 4 de septiembre a la madrileña sala Galileo Galilei ¿en qué consiste?
Es una iniciativa de mi amigo Rubén Martínez. Había gente que se había quedado sin entradas para la actuación de Barcelona y Rubén me propuso hacer un concierto barato con canciones de Joaquín cantadas por nosotros. Yo le dije que sí, pero con una condición: que no fueran canciones de Joaquín, sino canciones de todos. A mí lo que me gusta es cantar temas que yo he hecho con Joaquín.
Nosotros tocamos durante la primera hora y después ofrecemos al público la posibilidad de subir al escenario con nosotros. Es muy divertido ver la cara de ilusión de la gente cuando canta con la banda de Sabina. Creo que es una muy buena iniciativa.

Después de terminar la gira, ¿qué proyectos hay?
En octubre terminamos aquí y nos vamos a América hasta diciembre. Joaquín me ha prometido que después va a hacer "el mejor disco" de su carrera. Yo, como siempre, no me lo creo, aunque sé que será muy bueno porque él está empeñado en que lo sea. Ya tiene hasta título, pero aún no se puede decir. El último disco era el menos entregado de los que ha hecho y se quedó un poco chafado. Ahora quiere corresponder al público. Empezaremos a hacer las canciones en enero o febrero, lo grabaremos a lo largo del año que viene y calculo que saldrá para el verano o, si se retrasa, para otoño o navidades.

(MM)

jueves, 10 de agosto de 2006

'POSEIDÓN'. El agua se enfurece (**)

CRÍTICA DE CINE

Más de dos décadas han pasado desde que Wolfgang Petersen asombrara con 'El Submarino'. Había en esa película de producción alemana una trama consistente, un fabuloso desarollo psicológico de los personajes, un desarrollo apasionante y un montaje en el que se vislumbraba una mano perfeccionista. Se tomó su tiempo el director germano para rodar 'El Submarino'. El metraje original rozaba las cuatro horas.
Petersen fue reclamado por Hollywood poco después. En Estados Unidos se ha ganado con el tiempo fama de reputado cineasta que dota de cierta personalidad los productos comerciales que le encargan. Es el mismo Petersen, pero diferente, decreciente. Valga el ejemplo de sus tres películas acuáticas. De 'El Submarino' pasó, en transición, a 'La tormenta perfecta', para acabar, finalmente, con 'Poseidón'. De la pureza de las imagenes de los submarinos al virtuosismo infográfico del hundimiento del transátlantico. De la complejidad de sus inicios a la simpleza de la actualidad. Que cada espectador se quede con lo que prefiera.
Cumplidor, Petersen ha hecho una película que es puro entretenimiento, que después de unos olvidables y tediosos veinte minutos iniciales se mete en la acción para no abandonarla hasta el final. En un primer análisis, 'Poseidón' se constituye en un ejercicio de supervivencia a cargo de siete personajes muy reconocibles. Están los inmigrantes, el vividor o el padre protector de hijas libertinas con un pasado llamativo. Hasta un homosexual con instintos suicidas que supera las seis décadas de vida.
Para habituales del género, no será complicado adivinar quién caerá en una aventura diseñada en formato videojuego. Los protagonistas deben ir superando fases, subiendo de nivel, mientras a su alrededor se desata un carrusel de efectos especiales asfixiantes. En este sentido hay escenas con una tensión perfectamente conseguida, como el episodio de los conductos de aire o el de la caída libre del ascensor.
Olvidados sus inicios, Petersen se ha convertido en un competente especialista capaz de levantar espectáculos mayúsculos como esta 'Poseidón', entretenida, atractiva pero excesivamente gélida y funcional.

viernes, 4 de agosto de 2006

EL SUEÑO DE MORFEO. Niños buenos

CONCIERTO

El Sueño de Morfeo
Estilo: Pop
Escenario: Campo de fútbol de Cabanillas del Campo (Guadalajara). 29 de julio de 2006

Podría pasar por una concursante de Operación Triunfo. Buena voz, eso dicen sus incondicionales, muchos, grata presencia física, letras accesibles, una música dulce y pegajosa y un comportamiento exquisito y educado, tanto que a veces llega a empachar. Raquel del Rosario añade un plus, por si fuera poco. Mal que le pese, lleva a cuestas una relación sentimental con un famosísimo personaje del deporte mundial que condiciona la evolución comercial del grupo. Es la suma de todos estos condicionantes la que lleva a la determinación de que la música con El Sueño de Morfeo es prácticamente un elemento secundario, ensombrecido por una estrategia de marketing perfectamente ejecutada. Unos cuantos botones de muestra vividos en Cabanillas. El público es capaz de corear cada una de las canciones del grupo. Normal, sólo tiene un disco en el mercado. Lo chocante es asimilar la cantidad de veces que la cantante, en esa pose tan de directo facilón, acerca al micrófono al gentío para que se encargue de vociferar el tema de turno. Que lo hagan tipos con más de dos décadas de trabajo sobre los escenarios puede extrañar. Que sea una banda con un recorrido tan exiguo, todavía, es desconcertante. También es llamativa esa tendencia a rellenar tiempo muerto con felicitaciones varias y chascarrillos inofensivos. En ese sentido el guitarra del grupo, que se pasó la velada sentado por padecer una lesión, se marcó un discurso benéfico plausible que finiquitó con un lamentable “levantemos los putos cuernos”. ¿Alguien lo entiende? Por lo visto, es lo que tiene intentar ser un niño bueno aunque travieso.
Fijando el oído en el lado musical, es de justicia recalcar que el sonido fue excelente. Voz nítida, guitarras al nivel requerido y violín esporádico aunque incisivo. Un poco más de apuesta por el toque celta hubiera sido bien recibida. Del repertorio señalar que lo agotaron enseguida. El Sueño de Morfeo se marcó un inicio caliente. En veinte minutos ya habían sonado 'Esta soy yo', 'Nunca volverá' y 'Ojos de cielo'. En la zona media del concierto la temperatura bajó palpablemente para volver a elevarse en el tramo final, con 'Okupa de tu corazón' y la repetición del 'Nunca volverá'. Cumplidores y buena gente estos chicos de El Sueño de Morfeo. Y con bastante futuro.

jueves, 3 de agosto de 2006

'HACIA EL SUR'. Cuerpos que matan (**)

CRÍTICA DE CINE

Congo, Ruanda, Afganistán, Haití... Son lugares maldecidos por el infortunio y el olvido, perdidos en el mapa y machacados por la miseria y la guerra. Sus ciudades, sus historias, ofrecen, sin suerte, material de primer orden para la industria cinematográfica. El francés Laurent Cantet fue valiente y se marchó a Puerto Príncipe, misérrima capital de Haití, para rodar 'Hacia el sur', un relato agrio y crudo, cine denuncia que escarba en uno de esos capítulos olvidados de los que nadie quiere saber nada.
Historia de contrastes brutales, Cantet fija su hábil mirada en esas mujeres adineradas, mayoritariamente norteamericanas, que buscan en las hermosas playas de Haití un refugio dorado para saciar la falta de cariño sexual que domina sus vidas en el primer mundo. Dos de esas turistas ricachonas, Charlotte Rampling (impresionante labor) y Karen Young, se desafían, se baten en duelo por las atenciones de un joven nativo apuesto y simpático.
De fondo reluce la caótica situación del Haití de finales de los 70, fácilmente equiparable a la actual. Incómoda y extremadamente ambiciosa, apretando con desigual fuerza un nutrido conglomerado de temas, a 'Hacia el sur' sólo le sobra un final caótico y precipitado, más cercano al thriller que al drama, para consagrarse como una película de altura. Mucha atención a su fotografía, fabulosa.