lunes, 6 de diciembre de 2010

'BON APPÉTIT'. El amor se quema


CRÍTICA DE CINE

'BON APPÉTIT' (David Pinillos. España 2010)

‘Bon Appétit’ se cocina a fuego lento, como una exquisitez propia de un horno europeo, con productos exportados de la blanca Zurich, la precisa Munich y la febril Bilbao. Sobre esos tres pivotes continentales gira el debut de David Pinillos, montador habitual de atinados directores –y guionistas-, una historia de (des)amor cubierta de nieve y con la que no resulta complicado conectar. Pese a los rigores socioculturales que impone la distancia –se hace imprescindible el visionado en versión original-, el cuestionable uso de un personaje comodín –el chef italiano- y ciertos desfallecimientos narrativos, ‘Bon Appétit’ se descubre como un agradable ejercicio de cuestionamiento del concepto de comedias románticas y se sitúa en la trinchera del mejor Cesc Gay, el de ‘Ficción’. Entre los sofisticados fogones de un restaurante suizo se mastican besos Erasmus, ambiciones laborales desmedidas, parejas imposibles, problemas idiomáticos e incertidumbres treintañeras ante el futuro. Todo cuidado con mimo, sin grandes alardes. Cine de aroma ‘indie’ –dato verificable al repasar su sutil banda sonora-, sujeto a un par de atinadas interpretaciones –Unax Ugalde y Nora Tschirner- y revelando que, ante el exceso de dulzor romántico vomitado en tantas películas, el amor es otra cosa. Es algo que quema, y mucho, las lágrimas que hay detrás de cada beso dado con sinceridad. Y por la mejilla de ‘Bon Apettit’ se deslizan unas cuantas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me has abierto el apetito... FELIZ NAVIDAD, por cierto.
Edu.

Anónimo dijo...

Muchas gracias Edu. Lo que me gusta de la peli es ver a personajes aparentemente tan perfectos estar tan perdidos, en tanto, en todo.

Lo mismo para ti, un abrazo.

Rafa