martes, 10 de julio de 2007

'SHREK TERCERO'.Entretenimiento amable (***)

CRÍTICA DE CINE

Cuando 'Shrek' llegó a la gran pantalla en el año 2001, el cine de animación experimentó un giro de 180 grados. Atrás quedaban las historias perfectas, la tradición de los cuentos de hadas y los protagonistas que se ajustaban a unos cánones de belleza impoluta. La figura del antihéroe, hasta entonces ajena a las producciones destinadas al público infantil, se convirtió en el centro de un largometraje original y salpicado por gotas de ternura.
Tres años después de la primera aparición, 'Shrek 2' logró mantener el punto de frescura necesario para seguir interesando al espectador ávido de historias sencillas y agradables. Sin embargo, el paso del tiempo y la producción de nuevas entregas provocan un inevitable desgaste. La capacidad de sorpresa desaparece para dejar paso a un abanico de lugares comunes y personajes familiares.
'Shrek Tercero' sufre las consecuencias propias de las secuelas, pero consigue mantener el interés con un argumento lineal y directo aliñado con guiños sentimentales. La enfermedad de Harold, padre de Fiona y monarca de Muy Muy Lejano, coloca al entrañable ogro en la posición de heredero al trono. Para evitar un destino incómodo, el protagonista decide emprender la búsqueda del primo Arturo, único candidato que puede sustituirle.
El largometraje dirigido por Chris Miller conserva la esencia de sus comienzos, pero su argumento ha perdido una ingente dosis de intensidad. Instantes como la llegada del Príncipe Encantador a una taberna poblada de malos de cuento o la transformación de las princesas en guerreras dispuestas a recuperar su reino aportan ritmo a un filme en el que se percibe la pérdida de protagonismo de determinados personajes -caso de ese Gato con Botas que apunta como protagonista de un 'spin-off'- y la escasa presencia de la banda sonora, tan recordada en sus antecesoras.
Las obligaciones profesionales y familiares de Shrek se unen para desembocar en un epílogo que, si bien pretende transmitir un mensaje plagado de tolerancia y buenos sentimientos, no puede evitar incluir una buena dosis de moralina. 'Shrek Tercero' funciona como un entretenimiento tierno, amable y destinado al consumo familiar. La última entrega de la saga demuestra la eficacia de un producto que aún no se ha agotado por completo y que sigue conservando la difícil capacidad de provocar sonrisas.

(MM)


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