martes, 31 de julio de 2007

'CAFÉ SOLO... O CON ELLAS'. Gatillazo tremens (*)

CRÍTICA DE CINE

(Pongan en un vaso 'Al salir de clase', alguna pieza de la saga 'Porky's' y 'American Pie' y obtendrán esta comedieta vulgar y simplona, Premio del Público en el Festival de Málaga. Pierde muchísimo en la comparación con otra comedia de la cartelera, 'Los Simpson' . Lo que más les distancia es una única cualidad. Simplemente, ingenio. Curiosamente, todo lo que les separa lo une la taquilla. La primera es la española que más dinero ha recaudado en lo que va de año, la segunda va camino de destronar a Harry Potter, saga de la que los pupilos de Matt Groening se ríen con lucidez. Desconcertante)

Puede pasar por muchos calificativos, pero ‘Café solo... o con ellas’ no juega al engaño como tantas muchas. Al minuto de metraje, ya se ha pronunciado la palabra ‘follar’ en un par de ocasiones. No hay que esperar demasiado para dar la bienvenida a la primera escena de cama prescindible. Menos todavía para ver cómo el director recurre al gag escatológico, al que se invoca para elevar el tono inane de cada una de las pinceladas que componen este trabajo, todo un cuadro. El debut de Alvaro Díaz Lorenzo está poblado de jovencitos hormonados cuya única preocupación las 24 horas del día es el sexo. Olvídense de las hipotecas, del paro y de esas otras tonterías que, se comenta, preocupan a la alegre muchachada española. A la cola de todo ese ciclón de series que a mediados de los 90 causaron furor en la televisión del país, 'Café solo... o con ellas' se las ha ingeniado desde su absoluta simpleza argumental, un guión hecho a retazos en el que es mejor no indagar, para ser la película española con más recaudación de lo que llevamos de año, algo que debería llevar a la reflexión general. Todo este trabajo se fundamenta a base de tópicos, encabezando el ránking el cuarteto protagonista. Cada uno de los héroes, labrados al más puro estilo 'American Pie', ocupa sin nada de brillantez la parcela correspondiente al estereotipo que le han adjudicado –el ligón, el empollón, el gordito gracioso y el buenazo-. Por no faltar, ahí está la actriz veterana puesta con calzador en el intento de dar mayor fuste al contenido, en este caso Terele Pávez, que, al menos, aporta algo de credibildiad a su papel de furibunda abuela franquista. Lo demás se construye bajo el consabido efecto del ‘todo vale’. Lenguaje soez y sin que llegue a estar bien caricaturizado, algún buen intérprete –Lucía Jiménez- sosteniendo lo indefendible, una historia estructurada a base de chistes verdes de parvulario y elementos pretendidamente románticos que sólo resultan empalagasos, y mucho sexo, en su faceta discursiva fundamentalmente, desde una visión infantil y sin aportar nada nuevo a un género estancado. Poco más ofrece una película hecha para un público determinado, adolescentes masculinos, y para pasar un rato de una forma distendida y despreocupada. Por ahí nada destacable. Lo negativo es que ridículos disparates como éste, que incluso llegan a tomarse a chufla un posible homicidio, se hayan llegado a vender como un cúmulo de situaciones verosímiles, propias del colegueo universitario. Produce miedo, o más bien dolor, pensar que pueda llegar a ser verdad.

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