jueves, 14 de junio de 2007

'VISITANDO AL SR. GREEN'. Padre e hijo

CRÍTICA DE TEATRO

Visitando al Sr. Green
Autor: Jeff Baron
Adaptación: Bernardo Sánchez
Dirección: Juan Echanove
Reparto: Juan José Otegui, Pere Ponce
Escenario: Teatro Buero Vallejo (Guadalajara). 13 de junio de 2007

Las relaciones paternofiliales siempre han sido un filón para el cine y el teatro, fundamentalmente para la primera de las artes. Todo lo que vincula al gruñón señor Green y al joven Ross Gardiner nace de las profundidades de ese principio consanguíneo o simplemente emocional. Tan lejanos aparentemente, encuentran en sus vidas arruinadas un nexo por el que canalizar sus respectivas frustraciones, resumidas en ese término que tanto pavor produce, la soledad.
El debut en la dirección de Juan Echanove se mueve en esas agitadas aguas con solvencia. 'Visitando al Sr. Green' es un montaje pulcro, sobrio y elegante en el que el sentido del texto del estadounidense Jeff Baron ha sido respetado tanto en el envoltorio, judíos en Nueva York, como en el fondo. Las intenciones ingeniosas del primero de sus dos actos, con un puntito de mordaz comicidad nada desdeñable aunque con un algún tropezón textual -la revelación que realiza Ross- que rápidamente se desvanece, termina desembocando en un dramón de categoría que funciona sin concesiones.
La viveza de los diálogos que inician la relación entre el ermitaño y el triunfador desembocan en largas escenas en las que los silencios multiplican la duración, todas terriblemente sugerentes. La conclusión, como en la mayoría de casos que tocan la cuestión, es la misma, lo que habla de la universalidad en lo referente a lo paternofilial. Hay esperanza, existe la posibilidad de llegar a un punto de encuentro aunque la persona que esté delante albergue unos principios distantes.
Obra de diálogos, de palabras sobre hechos, el montaje se apoya en una puesta en escena estática de calidad. El capítulo interpretativo está cubierto con creces. Juanjo Otegui lleva el peso de la función sin dificultades, con un papel que se sitúa entre lo entrañable y la misantropía, en un equilibrio que acerca el personaje al patio de butacas. Encuentra la contrarréplica perfecta en Pere Ponce, un actor camaleónico de poco nombre y mucho talento, aquí epicentro de contradicciones al servicio de una personalidad optimista parapetada en sus inseguridades familiares, otra vez.
Teatro con aroma clásico, sin secretos ni golpes de efecto y fiado a un texto que consigue romper los estereotipos -el riesgo de caer por ese precipicio se palpa en ocasiones- 'Visitando al Sr. Green' cumple los axiomas básicos de toda obra que se precie de garantías.

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