martes, 12 de junio de 2007

'SHORTBUS'. Delirios de notoriedad (**)

CRÍTICA DE CINE

En 'Shortbus' hay una terapeuta sexual oriental que no consigue llegar al orgasmo, por mucho ardor que le ponga al tema. Hay un club nocturno al que acude la gente con el único propósito de mantener relaciones sexuales. Hay tres amigos que practican un trío, dejémoslo en cuanto menos curioso.
'Shortbus', triunfadora en Sundance, meca del cine independiente, fue proyectada por el Cine Club Alcarreño la pasada semana. El cartel estuvo colgado del corcho del Moderno, visible a pie de calle, durante varios días. Y no pasó nada. Como debe ser, nadie se escandalizó, como sí se ha hecho por una cuestión que anda hermanada con 'Shortbus', la publicación de un relato erótico en libro de jóvenes creadores alcarreños. Un disparate todo lo sucedido alrededor de ese relato, aunque ésa es otra historia con tintes políticos, por desgracia, y de la que se escapa el juicio a esta innovadora aunque ineficaz 'Shortbus'.
John Cameron Mitchell enmascara bajo toneladas de sexo explícito e impúdico, más sutil de lo que aparenta, una reflexión filosófico-cósmica que deriva en la teoría de que un orgasmo es capaz de reconducir el desarrollo del mundo. Tal paranoia, deliciosa para los que aspiren a ver algo diferente en una película cuyo motor es el sexo, se va diluyendo conforma avanza una trama tan vacía como pretenciosa. Hueca y artificial, buscar una moraleja sentimental a este invento pseudointelectual es un ejercicio estéril y poco recomendable.

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