lunes, 18 de junio de 2007

'LAS BIZARRÍAS DE BELISA'. Caudal de energía

CRÍTICA DE TEATRO

'Las bizarrías de Belisa'
Autor: Lope de Vega
Dirección: Eduardo Vasco
Compañía: Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico
Escenario: Corral de Comedias (Alcalá de Henares). 17 de junio de 2007

Belisa es caprichosa, licencia de una juventud todavía asfaltada a base de felicidad. Muda de actitud sin avisar, presumiendo de un carácter tan voluble como profundo. Maneja el entorno al compás de esos sentimientos que brotan en un instante, se paladean y se marchan a los pocos segundos sustituidos por otros diferentes. Alejada de la reflexión, Belisa dibuja desde una inocencia por muchos mal comprendida un personaje que derrocha energía y vitalidad.
El Lope de Vega al que da nombre y características esta muchachuela ha supuesto el debut de la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico, una quincena de intérpretes que flirtean con la treintena sin superarla, con más tablas de las que su DNI indica y modulados por el talento polifacético de Eduardo Vasco. Mascan todos un verso de complicado acceso en varias de sus rutas. Lo conducen con diligencia, haciendo uso del vehículo adecuado, un texto divertido y de perfil amable, otro multitudinario lío de faldas escrito por Lope en la agonía de su trayectoria dramatúrgica.
Presente a raudales, entonces, el de la Joven Compañía Nacional, colocado enfrente de esa nostalgia por los tiempos juveniles y amoríos inofensivos desplegada por el orfebre escénico en 'Las bizarrías de Belisa'. El contraste generacional reluce todavía más a causa de la ostentosa capa que envuelve al espectáculo. Para deleite de los ojos queda ese vestuario diseñado por Lorenzo Caprile, profuso en tonos dorados y exigente desde el inicio hasta el final. La banda sonora, con música y canciones en directo, retumba con dulzura en los oídos, aligerando la carga física de unas interpretaciones excesivas, visto el adjetivo desde el perfil positivo, y a las que ensalza un espacio escénico que les otorga el máximo protagonismo.
Aunque si hubiera que realizar un subrayado especial, sería al trabajo fluido, intenso y creíble de Eva Rufo, una insatisfecha Belisa, la encargada de mover los hilos de un montaje que puede servir para redescubrir la amplísima gama de virtudes tanto del teatro de enredos de Lope como, siendo totalmente optimistas, de la escena clásica. Para neófitos y acostumbrados fundamentalmente, y también para experimentados en la materia. Por ahí, por ese resquicio de faceta divulgativa en sintonía con la calidad, puede estar el filón para una compañía a la que la etiqueta de 'joven' no debería ser sinónimo de límite en sus posibilidades.
Promete Vasco regresar cada año a Alcalá a estrenar una producción de la compañía, con el telón de Clásicos de fondo, con lo que la evolución y la respuesta a alguna incógnita serán más nítidas por el paso del tiempo. El inicio, de momento, ha sido óptimo. El primer paso de la ya conocida como 'La Joven', ha sido firme y rotundo, provocando un sonido muy fuerte sin llegar al estruendo en su contacto con el suelo.

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