sábado, 11 de febrero de 2006

'CRASH'. Mil caras (****)

CRÍTICA DE CINE

Describir una película como 'Crash' es un misión titánica y exigente. El debut en la dirección de Paul Haggis, guionista de 'Million Dolar Baby' y discípulo aventajado de Clint Eastwood, ha deparado un relato sorprendente, indescriptible y contradictorio. 'Crash' acumula en sus bien llevados 112 minutos de metraje virtudes y defectos, sorpresas y tópicos, optimismo y pesimismo. Es la película de las mil caras. Desasosegante y apacible, poética y directa, temible y pacífica. Es el gran largometraje sobre el racismo en Estados Unidos y al mismo tiempo un pequeño relato coral compuesto por mínimas escenas cotidianas.

Así es 'Crash', deudora directa por su estructura de trabajos como 'Magnolia' o 'Vidas Cruzadas'. Historia con pretensiones, espejo de la realidad multirracial de Los Angeles en particular, de los Estados Unidos a nivel global, conviene decir de antemano que es una película muy americana y poco convencional, dura de digerir para el público europeo, un trabajo que obliga al espectador a tener la mente procesando durante la proyección, con el que hay que pelear para llegar a alguna conclusión convincente. Hay que tenerlo en cuenta. En caso contrario 'Crash', triunfadora en las nominaciones de los Oscar y acumuladora de galardones, puede provocar una profunda decepción.

Haggis demuestra aptitudes con la cámara en su debut. Ha registrado miméticamente la elegancia y sobriedad de la que siempre hace gala Eastwood en la dirección. Pasa del diálogo a la acción, del lirismo a la violencia explícita, sin avisar. Cambios bruscos que incomodan al espectador, avasallado por la avalancha de información que llega procedente de la pantalla. El ojo de Haggis se posa, cercano aunque sin impartir doctrina, en unos personajes apabullantes, con miles de matices, de reacciones tan humanas como inesperadas. De gente que por la noches cuida a su padre enfermo y sufre por él y que por la mañana se manifiesta como un racista incontrolado. De policías de raza negra empeñados en justificar su posición negándoles a los de su color de piel una oportunidad que sí son capaces de entregar a un blanco. De elitistas esposas de acaudalados profesionales que se dan cuenta a destiempo que su única compañía es la persona a la que desprecian. Todos cruzan sus destinos en un final que desea ser predecible y que peca de caer en cierta corrección moral y política que desluce un poco el efecto buscado.

Lo que ha hecho Paul Haggis en su debut tiene mérito. Desde 'Mystic River' ninguna película había golpeado la conciencia estadounidense y retratado sus miedos y sus hipocresías como su 'Crash'. Haggis no salva a nadie. Ninguno sale ileso de la quema. Personajes de todo tipo, nacionalidades y carácter desfilan delante de la cámara, alcanzando alguno la categoría de majestuoso, caso del policía vencido por la vida y escudado en la ira que interpreta un convincente Matt Dillon. 'Crash' es dura, áspera, incómoda y exigente. Funciona sin estridencias y con una carga crítica, eso sí, más ligera de lo que aparenta, pero por eso mismo, necesaria.

No hay comentarios: