miércoles, 8 de febrero de 2006

'BROKEBACK MOUNTAIN'. Cine poderoso (*****)

CRÍTICA DE CINE

Entrar a valorar una película como 'Brokeback Mountain', aclamada por la crítica, galardonada en Venecia y en los Globos de Oro y favorita para los Oscar, no debería exigir grandes esfuerzos. El elogio hacia la obra dirigida por Ang Lee ha sido prácticamente unánime, sin discrepancias. Juzgar en positivo a esta película es, entonces, muy sencillo. Pero no por fácil hay que ser menos justo. 'Brokeback Mountain' es una lección de cine poderoso y efectivo, virtudes que casi nunca caminan de la mano.

Ang Lee ha facturado una historia conmovedora, de las que huelen a cine de antes, uno de los más emotivos, bellos, sinceros y crueles relatos de amor que se ha visto las pantallas cinematográficas en las últimas décadas. Es una lástima que determinadas ideológias o una errónea percepción de esta película puedan devaluar, delimitar, su alcance universal. Porque Lee, sutil e inteligente en la dirección, profundo cuando hay que serlo y distante en determinadas circunstancias, lo que ha lanzado no es únicamente una historia de amor entre dos vaqueros, tipos duros y vacíos en apariencia. Es mucho más. Es un retrato minucioso, noble y sobrio de apartados tan vitales como el sufrimiento, la soledad, el dolor, la doble moral, la hipocresía o los sueños perdidos, que rompe con suavidad, además, multitud de los tópicos que, en cierta manera, atenazaban al cine del Oeste, referentes a la hombría, a la virilidad de sus protagonistas y a su inmaculada masculinidad.

Película de ritmo lento y sosegada, su alargado tramo inicial parece anunciar que nada va a ocurrir en la vida de estos dos vaqueros de la América Profunda de los 60, Jack (Jake Gyleenhaal) y Ennis (soberbio Heath Ledger), abierto y jovial el primero, huidizo y callado el segundo. Nada de eso. A partir del espontáneo nacimiento de su relación, con una escena impactante rodada con máximo cuidado por Lee, se desencadena un vendaval de consecuencias inesperadas. Se abre un libro escrito con una destreza cinematográfica apabullante, en el que importan más los parrafos vacíos, los silencios, que las letras escritas, las palabras, al estilo de lo que hizo David Lynch en la hermosa 'Una historia verdadera'.

El impacto de 'Brokeback Mountain' no reside en la condicion sexual de sus protagonistas. Tampoco en el carácter universal que tiene la historia, algo con lo que el director ya contaba de antemano. La historia de Jack y Ennis posee un toque diferente, va un poco más allá de esa carga romántica que conjuga, como siempre, alegría y tristeza. 'Brokeback Mountain' es un poderoso tratado vital sobre los sentimientos, colocados aquí sobre unos estereotipos que, lejos de deslucirlos, lo que hacen es proporcionarles más fuerza y verosimilitud.

El resultado final es una de las mejores películas vistas por aquí en los últimos tiempos, una lección de cine con mayúsculas. Y eso sin mencionar apenas la fuerza de sus paisajes, su invisible deseo de denuncia o la majestuosidad de su banda sonora, factores oscurecidos por un desarrollo conmovedor, que no regala ninguna escena y que funciona como una maquinaria perfecta.


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