sábado, 27 de enero de 2007

'PEQUEÑOS PARAÍSOS'. Baúl de sueños

CRÍTICA DE TEATRO

'Pequeños paraísos'
Compañía: Aracaladanza
Escenario: Corral de Comedias de Alcalá de Henares, 27 enero 2007

Acudir a la representación de 'Pequeños paraísos' supone introducirse en un laberinto onírico, en un intenso recorrido lleno de ilusiones, historias mágicas y sueños realizables. Enrique Cabrera, director de la compañía Aracaladanza, ha creado un original universo compuesto por once píldoras dancísticas. El resultado de la fusión de pequeñas coreografías es un espectáculo que cumple con su único y primordial objetivo: arrancar sonrisas y trasladar optimismo y aire fresco al patio de butacas.
Los 'Pequeños paraísos' de Aracaladanza transcurren fugazmente, sin ofrecer un instante de tregua al acelerado montaje. Cinco bailarinas y un extraordinario despliegue de color y recursos visuales se convierten en el eje central de un intenso collage escénico. Fresas, luces de colores, golosinas, pájaros gigantes y pinceladas orientales componen un fresco teatral inspirado en 'El jardín de las delicias' de El Bosco.
El quinteto protagonista ofrece un abanico de movimientos que se mueven entre la expresividad, la inocencia y la ternura. Su labor sobre el escenario cuenta con el acompañamiento del vestuario, un extraordinario ejercicio creativo a cargo de Petra Porter, y una música correctamente ensamblada que contribuye a otorgar al montaje un ritmo vertiginoso y positivo.
El espectáculo, dirigido al público familiar y especialmente pensado para "todos los que aún piensan que el mundo es un juego", alterna piezas mágicas ('Una lluvia muy especial', 'Sin luz en el paraíso') con números menos brillantes y ligeramente repetitivos. La brevedad de 'Pequeños paraísos', su duración apenas supera los 50 minutos, supone una baza a su favor a la hora de llegar al público infantil. Sólo en el epílogo, aderezado con las acertadas notas de 'I want to break free', se echan de menos unos minutos adicionales que hubiesen contribuido a crear un final algo menos precipitado.
'Pequeños paraísos' es una de esas rarezas escénicas que ayudan a reconciliarse con el lado más amable del espectáculo. Un baúl lleno de sueños visuales, un derroche de color capaz de dibujar sonrisas. Una lástima que guste más al público adulto que a los más pequeños.

(MM)

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