miércoles, 3 de enero de 2007

CLINT

Opinión

Hace poco salió en un suplemento cultural una extensa entrevista a Clint Eastwood. La portada la ocupaba por entero una fotografía tomada durante el rodaje de 'Banderas de nuestros padres'. Gorra militar, gesto marcial, un rostro enjuto atravesado por mil surcos y ancho forro polar para combatir el frío. La cercanía con la vejez, con la muerte que diría Jorge Luis Borges, no desgasta a Clint Eastwood. Nada está vedado para uno de los últimos grandes cineastas vivos que le quedan al celuloide mundial. Dice Eastwood, 76 años llenos de lucidez mental, que los héroes “son normalmente gente perturbada”. Es un ejemplo de un discurso que se aleja de tópicos, que rompe la imagen de irredento conservador republicano que parte del celuloide y adyacentes guardan de él. Lejos de lo que grita una lectura superficial de su filmografía como actor y una visión global de su postura ante la vida y de sus actos como ciudadano, Clint pasa por ser un reducto para los que todavía conservan la esperanza de disfrutar de una narrativa sincera, veraz y aferrada a unos códigos (lealtad, esperanza, fe, amistad) cercanos a la extinción. Desde una década atrás, el veterano director está empeñado en radiografiar la naturaleza humana desde todos los ángulos posibles. Sin concesiones, su trayectoria ha dibujado un perfil molesto con la irregularidad, sin baches y siempre, gran mérito, poco condescendiente con el público. Empezó con 'Sin Perdón', sin palabras. 'Los puentes de Madison' conmovió tanto por qué contaba como por quién lo hacía. 'Poder absoluto' y 'Ejecución Inminente' supusieron un ajuste de cuentas con el pasado. 'Space Cowboys' fue el ejercicio de autoexploración más sano que podía haberse infligido. Después del tropiezo de 'Deudas de Sangre' se levantó con 'Mystic River' y se elevó a los cielos con 'Million Dolar Baby'. Las comparaciones con 'Mar Adentro', mismo fondo opuesto tratamiento, fueron absurdas.
Hoy llega a la cartelera después de una espera eterna 'Banderas de nuestros padres', la primera de las dos cabezas de su proyecto homérico. Para disfrutar de su complemento, 'Cartas desde Iwo Jima', rodada íntegramente en japonés, con actores de ese país en el reparto y situando al soldado norteamericano en el lugar del enemigo, habrá que esperar hasta marzo. Posiblemente no se podrá juzgar con exactitud a B'anderas de nuestros padres' hasta poder ver 'Cartas desde Iwo Jima'. Una lástima, pero bendita herocididad en estos tiempos la que ha cometido Clint. En una época en la que abundan la trilogías, continuaciones y demás, lo que ha hecho, sobre el papel, es admirable Y su independencia y status, otra vez en tela de juicio. Tomar riesgos a los 76 años, que aprendan otros.

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