viernes, 3 de marzo de 2006

MARWAN. Canciones del olvido

PERFIL DE MARWAN

Existen dos formas de ser imprescindible: gozando del don de la excepcionalidad y siendo por sí mismo una excepción. Marwan, cantautor madrileño de origen palestino, habitual del circuito por el que se mueven estos silenciosos músicos, tiene un poco de las dos cosas. Para empezar, gente como él, trovadores de lo cotidiano, la amistad y los problemas cercanos o lejanos corren riesgo de desaparición. La propia evolución musical de la sociedad les condena a un ostracismo en muchos casos inmerecido, pero siempre, pase lo que pase, entrañable.
Marwan es uno de esos artistas olvidados que te pagan por ir a verle, que no te exige nada a cambio. Sólo un poco de atención y un corazón abierto, preparado para afrontar el reto que propone este músico, un par de horas diferentes, teñidas por la magia que proporciona lo imprevisible. Porque los conciertos de Marwan, un disco en el mercado, un grandes éxitos en sus sueños y mil copias vendidas de vuelta a la tierra, nunca son como uno espera. No conviene hacerse ilusiones antes de visitar y entrar en su particular universo. No hace falta, porque él mismo, guitarra en mano, se encarga de regalar en la misma entrada un sobre cargado de felicidad. En pequeñas dosis, no vaya a ser que pueda haber un empacho de utopía. El sobre es el pase que abre la puerta a un universo lleno de sentimientos, con sus canciones cargadas de ternura, amor, desamor, familia, optimismo y pesimismo secundando el vuelo de los imaginación. Por esto y por algo más, Marwan es una excepción. Lo mejor es que también es un artista excepcional, y él, siempre risueño, todavía no se ha dado cuenta. Tarde o temprano, si de verdad existe la justicia, lo sabrá y explotará. De ilusión y esperanza.
Apasionado del duro camino que es la vida, Marwan pertenece a la última generación de cantautores que ha surgido de la prolífica cantera de lugares como el Libertad 8 o el Búho Real, escenarios por los que han pasado en el pasado tipos como Jorge Drexler, Ismael Serrano, Bebe o Pedro Guerra. Ahora los nuevos talentos lo tienen más difícil para salir del anonimato. A unos, los más ambiciosos, les deprimirá, y a otros, menos terrenales, les dará más o menos igual. A juzgar por su forma de actuar, Marwan no cambiaría nunca una lágrima en una mejilla por un billete de 500 euros. Sus conciertos seguirán siendo fiestas alocadas en las que reinará un hermoso desorden y donde creaciones como 'Canción a mi padre', 'La dictadura de la primavera' o 'Noviembre' conseguirán elevar el ánimo de los asistentes hasta límites insospechados. Un brindis por tipos como Marwan.

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