jueves, 4 de abril de 2013

'UNA VIDA DEMASIADO CORTA'. Ronald Reng


CRÍTICA LITERARIA

'Una vida demasiado corta'
Autor: Ronald Reng
Editorial: Contra
Género: Biografía deportiva




LA SOLEDAD DEL PORTERO

La idea de un periodismo deportivo alejado del tono épico, las gestas heroicas, los gritos, el forofismo y los localismos está desde hace tiempo en boca de tantos y en papel de casi nadie. Gotean con timidez las ocasiones en las que un consumidor de este género se topa ante uno de esos artículos, noticias o historias que le quitan el mal gusto que deja todo lo anterior. La mayoría de esos textos llevan casi siempre la misma firma. Por ese motivo la larga lectura de 'Un vida demasiado corta' (casi 500 páginas) supone una sorpresa doble, tanto por lo que descubre el texto como por su desconocido -para el lector español- origen.

El periodista alemán Ronald Reng (1970) hace que el lector sienta próxima una historia que de primeras le puede resultar demasiado alejada. Escribe sobre Robert Enke, aquel portero alemán que se suicidó el 11 de noviembre de 2009, a los 32 años. Apenas pasó unos meses en las áreas españolas, entre Barcelona y Tenerife. Todavía hoy pocos lo recuerdan. Desarrolló la mayor parte de su carrera en Alemania, nunca en un club puntero. Enke no era una estrella. Los equipos en los que militó no estuvieron a la altura de las expectativas, como él mismo se encargaba de recordar. Era un portero notable, serio, rocoso, un hombre de club que encontró superada la treintena una inesperada recompensa en la internacionalidad. Eso es lo que se veía en televisión. Lejos de pantalla era un hombre educado y correcto, demasiado sensible para un universo tan cruel como el de la alta competición y más específicamente el de la portería. Ya lo dijo Armas Marcelo, un portero no es más que un profesional que cuida las puertas del infierno. Y lo que pocos sabían, lo que escondía más adentro, era que sufría depresiones, un tema tabú en el deporte y en el que 'Una vida demasiado corta' no duda en profundizar. “Si pudieras entrar en mi mente solo media hora, entenderías por qué me estoy volviendo loco”, le soltó Enke un día a su esposa Teresa. La frase es un latigazo para aquellos que no entienden que la depresión no es un estado anímico, es una enfermedad.

La editorial define a su autor como amigo de Enke. El dato no hace más que revalorizar lo que viene después. El periodista demuestra que se puede escribir una biografía sin cargarla de adjetivos inanes ni glosar al protagonista, dejando al lector un espacio para dar forma a sus reflexiones. 'Una vida demasiado corta' no da la respuesta que se querría a la pregunta que le sobrevuela. ¿Por qué? Con cada posible explicación surgen nuevos interrogantes. Reng profundiza en ese tema, qué lleva a un hombre de éxito al suicidio, y, a veces sin pretenderlo, aparecen otros nuevos. La biografía de Enke es la de un deportista que tocó techo, de imagen exterior dura, pero sensible con la críticas, necesitado de un cariño que muchas veces la máxima exigencia no puede dar. En otro plano radiografía al fútbol por dentro como pocas veces se ha visto. Ahí se hace notar la brutal presión a la que están sometidos estos deportistas. A menor escala, ofrece un turbador punto de vista sobre una profesión casi mitológica, la de portero de fútbol. Y, fundamentalmente, se erige como una hermosa historia de amor, la escrita (a veces en poemas de servilleta) por Enke y Teresa. Su esposa nunca se rindió, pese a las adversidades. Su relación sabe a verdad, como pocas.

Si se va un poco más allá del plano personal, 'Una vida demasiado corta' deja para el aficionado al fútbol un puñado de valiosos detalles y reflexiones. Enke sufrió dos depresiones. La primera, en 2003, le llegó tras su efímero paso por el Barcelona. Es, junto a los días previos al suicido, el capítulo más angustioso. Después de un trienio fructífero en el Benfica lisboeta, Enke llegó al Camp Nou. Se encontró con un entrenador poco receptivo, el holandés Van Gaal, y con un Barcelona convulso, nada que ver con el actual. La competencia con el jovencísimo Valdés y el argentino Bonano fue feroz y le hizo mella. Quedó relegado para jugar encuentros de menor nivel. El de Novelda fue uno de ellos. El Barça quedó eliminado de la Copa del Rey por el colista de 2ªB y Enke recibió la reprobación pública de uno de sus compañeros, Frank de Boer. Desde ese partido Van Gaal no le volvió a dirigir la palabra. Poco tiempo después fue cedido al Fenerbahce turco. Duró un partido. Volvió a Barcelona y se entrenó separado del grupo, en otro horario. El libro recuerda un detalle. Enke se cruzó en los vestuarios con Valdés. El alemán, avergonzado, agachó la cabeza. Pronto cayó en un estado depresivo.

Enke se recuperó. Hasta tal punto que le llegó la oportunidad de ser internacional con la selección alemana. Encontró estabilidad y seguridad en un club de zona media de la Bundesliga, el Hannover 96, donde pudo sacar lo mejor de sí mismo. Entre medias superó junto a Teresa la pérdida de una hija y se volvió a ilusionar cuando adoptaron a otra. Aunque la presión era enorme y la sufría en carne viva, todo indicaba que lo peor ya había pasado. Incluso iba a ser titular en el Mundial de 2010, aquel que ganó España. Pero Enke recayó. Las últimas páginas de 'Una vida demasiado corta' son estremecedoras. Reng recuerda esos momentos dejando que hablen los que estuvieron cerca. Esa oscuridad en la que se sumergió la mente del guardameta se traslada a las páginas. Y en esta ocasión Enke no se reestableció, pese a que hasta el final no dejó de defender la portería del Hannover 96, esa puerta al infierno de la que habló Armas Marcelo.

Escrito con pulso (traducción de Carmen Villalba), atento al detalle, respetuoso y equilibrado a la hora de retratar al protagonista, 'Una vida demasiado corta' dignifica un género, el de las biografías deportivas, del que en España, a diferencia de los países anglosajones, apenas se tiene noticias. Aquí se confunde con otra forma de escribir diferente, la reverencial. Y para probarlo solo hace falta darse una vuelta por la sección deportiva de cualquier librería, con resultados desoladores. 'Una vida demasiado corta' se erige como un libro deportivo que sabe trascender este ámbito y situarse en un plano profundamente enriquecedor para todo aquel que afronte su lectura.
 

1 comentario:

Juan dijo...

Que inspiradora esta entrada.Yo pienso que qué mejor manera de pasar los ratos muertos que estudiando un idioma. En mi caso el francés. Estudio en la escuela idiomas 247 y estoy muy contento. Os paso link para ver quien se anima.
http://www.idiomas247.com/