jueves, 9 de abril de 2009

'ROS RIBAS, FOTÓGRAFO DE ESCENA'. El ojo de la platea


EXPOSICIÓN
'Ros Ribas, fotógrafo de escena'
Sede: Teatro Valle-Inclán (Madrid)

Está ahí, agazapado en una esquina. En silencio, guardando la compostura que impone el exigente ritual de la puesta en escena. Sabe elegir el instante preciso en el que hacer sonar el ‘clic', como el cazador que aguarda con paciencia a que su presa incurra en un error. Es Ros Ribas, el ojo que se mueve sigiloso en la platea, imbuido en la oscuridad que comparte con el público. Es un espectador diferente, un elemento más dentro de la puesta en escena. Suyas son las 500 fotografías de la exposición que acaba de inaugurar en el Teatro Valle-Inclán de Madrid con el apoyo del Centro Dramático Nacional. Ribas ha sacado del viejo baúl una selecta representación de sus mejores instantáneas escénicas, un recorrido que marcha en paralelo al del teatro español de las últimas tres décadas. La memoria que permanece cuando el telón se desploma.

Hay unanimidad alrededor de la figura de Ros Ribas. Gerardo Vera explica que "no retrata, sino que se sumerge en lo más profundo, descubre, ilumina, desvela, lleva en la sangre el ritmo de la escena, crea espacios poéticos". El francés Patrice Chéreau le califica como "el único fotógrafo que conozco, hoy, que sabe fotografiar el teatro". Pulsa así con una de las claves. Las imágenes de Ribas respiran autenticidad por un hecho: sabe lo que está fotografiando. Esa naturalidad se transmite a todo aquel que las contempla. "Ros Ribas explica como nadie lo había hecho hasta ahora la historia del teatro en España", zanja Calixto Bieito.

Hay que subir a la segunda planta del Teatro Valle-Inclán para acceder a ‘Ros Ribas, fotógrafo de escena'. La luz escasea en el recorrido planteado por los comisarios, labor compartida por Ribas y Aurora Rosales. La sala está sumida en una inquietante oscuridad. El orden de las fotografías se salta todo patrón cronológico. Mandan los dramaturgos. Los primeros pasos se dan acompañados del sordo retumbar de los clásicos griegos, con Esquilo, Sófocles y Eurípides a la cabeza. La colección se muestra agrupada por autores, la mayoría encasillados bajo la capucha de ‘clásicos'. Desde aquellos lejanos espectáculos, todavía en blanco y negro, que datan de 1976, hasta la última producción del CDN, ‘Platonov', que apenas lleva unas semanas en cartelera. La cámara de Ribas ha sido testigo del desarrollo del teatro en país y de la evolución de intérpretes como Lluís Homar, Eduard Fernández y Francesc Orella. Crecían, mejoraban, probaban en la dirección y cambiaban de aspecto físico mientras la cámara seguía en el mismo lugar, dando testimonio de la magia que se producía en el escenario.

La exposición permite comprobar las variantes estéticas utilizadas por directores de escena de primer nivel. Las diferencias entre Àlex Rigola y Adolfo Marsillach saltan a la vista. Otra curiosidad reside en la posibilidad de comparar el mismo texto a través de dos montajes diferentes, cada uno con el sello personal de la dirección correspondiente. Las fotografías de Ribas valen para definir las señas de identidad del teatro practicado por directores de primer nivel como Lluís Pasqual, Patrice Chéreau, José Luis Gómez, Calixto Bieito y Mario Gas. Todos están ahí, registrados por ese ojo de la platea que no necesita exhibir musculatura técnica ni inteligencia artística natural para conectar con el espectador.

‘Ros Ribas, fotógrafo de escena' estará en el Teatro Valle-Inclán de Madrid (Plaza de Lavapiés s/n) hasta el 31 de mayo. El horario de visita es de martes a sábado (11.00 a 14.00 y 17.00 a 20.00 horas) y domingo (11.00 a 14.00 y 17.00 a 19.00).

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