martes, 12 de febrero de 2008

'SOLITOS'. Una puerta a lo desconocido

CRÍTICA DE TEATRO *

'Solitos'
Dramaturgia y dirección: Javier Esteban
Compañía: Teatro del Azar
Escenario: Teatro Salón Cervantes (Alcalá de Henares). 10 de febrero de 2008

La cinefilia sale por cada uno de los poros de la nueva producción de la compañía vallisoletana Teatro del Azar, otro ejercicio comunicativo levantado desde el silencio. Con una novedad, el énfasis gestual no sirve en esta ocasión como método base de trabajo, relegado en detrimento de un sistema intuitivo basado en la mecanización de una rutina. La coctelera mímica se agita con ingredientes asimilados del anónimo filme noruego ‘Kitchen stories' (Bent Hamer, 2005), apenas expuesto en la cartelera española, y del cine mudo de los 30, aquí despojados de todo exceso, mientras que la temática se nutre de la nítida referencia del teatro existencial de Beckett.

La gracia del asunto reside en contemplar cómo afecta a la vida de un matrimonio, roída por la previsibilidad, la llegada de un extraño. La pareja se convierte en trío, lo que abre un abanico de sentimientos que se creían inexistentes. Con estos elementos, Teatro del Azar fabrica una obra sobria, bien articulada y sólida en el engranaje. Únicamente se le puede achacar la ausencia de emoción, la frialdad de un desarrollo que funciona como atemporal metáfora sobre la soledad y no como relato individualizado.

El plus que añaden las bellísimas melodías escritas por Nacho Mastretta se difumina en cuanto la rutina, vista desde una perspectiva pesimista, cerca el escenario. Una base lineal que no aplaca ni siquiera la irrupción del tercer personaje, el encargado de añadir una marcha más a la puesta en escena. Lejos de lo esperado, no se percibe ese cambio de ritmo. La función se estabiliza a la misma velocidad. Nada de altibajos, una dificultad más para hincarle el diente con el placer debido. Tampoco parece circular en esa dirección el objetivo de un montaje maderero -observar la artesanal escenografía- tramado para remover por dentro, en voz baja y de forma elegante.

‘Solitos' viene a demostrar que basta una acción, un hecho o una circunstancia, por mínima que sea, para activar en una persona sensaciones desconocidas hasta ese momento. Teatro del Azar relata tal descubrimiento con suma humildad, valiéndose de un esbozo de drama trágico con livianos asteriscos cómicos. Un resumen de lo que es, en definitiva, la vida misma. No deben engañar esas narices postizas de clown que utilizan los tres intérpretes ni esa presunta ingenuidad que derrochan sus roles. Los tres vértices que sujetan 'Solitos', el vacío, la realidad y la rutina, no permiten concesiones a la felicidad.


(*): Apunte que no se debe quedar sin reseñar. La Fundación Colegio del Rey de Alcalá de Henares publicitó ‘Solitos’ como un espectáculo infantil destinado a un público entre 7 y 12 años, un dato alejado del espíritu del texto de la obra. En una exhibición de torpeza inaceptable en un organismo que reivindique seriedad en el campo de la gestión cultural, anunció que los niños acompañados de un adulto entrarían gratis. Un cartel situado a la entrada del Cervantes el día de la representación trató de enmendar el error. Las puertas se cerraron para muchos niños. Los que pasaron, mayoría entre las butacas, se comportaron con una corrección absoluta. Menos mal. Un asunto diferente es que se enteraran del significado expuesto sobre las tablas. A eso se le llama una buena política educativa en materia teatral (adviértase la ironía en grado mayúsculo).

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