martes, 20 de noviembre de 2007

ALCINE37. Balance

Festival de Cine de Alcalá de Henares / Comunidad de Madrid

El sorpresivo viraje fantástico que experimentó ALCINE en la pasada edición con el triunfo del alienígena ‘For(r)est in the des(s)ert’ no ha gozado de continuidad. La trigesimoséptima edición del Festival de Cine de Alcalá de Henares / Comunidad de Madrid, la plataforma cortometrajística más relevante a nivel nacional, pisó terreno conocido. No se dejó adular por géneros de corte experimental y poco frecuentados en la industria actual. El palmarés encumbró a Daniel Sánchez Arévalo y su ‘Traumalogía’, tragicomedia de porte esperpéntico que airea las miserias de una célula familiar con una boda como resorte. Decimotercer cortometraje del director que deslumbrara con ‘AzulOscuroCasiNegro’, capturó cuatro trofeos regalo del jurado. Primer Premio, favorito del público, montaje y mejor interpretación. Poco que objetar al cuarteto, si acaso subrayar la ratificación vía trofeo de la categoría de ese joven actor, ya una realidad, de agitadísima filmografía los dos últimos años que es Raúl Arévalo. Sánchez Arevalo –no hay parentesco- le otorgó un rol, papel estrambótico de veinteañero sacudido por la realidad, que domina a la perfección, como ya demostrara en ‘El camino de los ingleses’ con el memorable Babirusa. Un puzzle colectivo de tragedias cruzadas con aroma a González Iñárritu (‘Diente por ojo’) y un simpático y humilde relato sobre la soledad y la amistad que va diluyéndoe ante la falta de ideas (‘Padam…’) ocuparon los restantes peldaños del podio del Certamen Nacional, la perla que más reluce en la frondosa programación de ALCINE.

Del resto de proyectos a concurso, de irregular nivel medio y sin caer en la reiteración en el tratamiento de temáticas sociales, abundantes los últimos años, sobresalió la inteligencia de ‘Eres’, de Vicente Villanueva, el sólido pulso narrativo de David Valero en ‘Niños que nunca existieron’ y ‘La parabólica’, metáfora sobre la incomunicación rodada en Matarrubia, provincia de Guadalajara, con un sonido exquisito y una interpretación, la de Martín Mújica, sobresaliente.

La otra novedad relevante de ALCINE37 llegó de la mano del Certamen Europeo, que debutó como sección a concurso. Expuso 38 cortometrajes de filmografías en muchos casos desconocidas, con una amplia remesa nórdica. Primeras zancadas de un capítulo llamado a expandirse en ediciones futuras y por el que la organización apostará con firmeza.
La tercera sección competitiva, Pantalla Abierta a los Nuevos Realizadores, esquivó la lógica del taquillaje y de la opinión de la crítica. Sorprendentemente, el público de Alcalá guiñó el ojo a una película que apenas se mantuvo un par de semanas en cartelera, coleccionando salas semivacías en virtud de una floja distribución y una promoción inexistente. ‘Amor en defensa propia’, dramón con acento argentino que supuso el debut en el pedregoso camino del largometraje de Rafa Russo, gustó por encima de la favorita a priori, ‘Bajo las estrellas’, y de ‘Concursante’, el trabajo más arriesgado y fuera de onda del sexteto que competía. De vació se marchó la ópera prima de Rodrigo Cortés, en un año en el que ALCINE enseñó en el palmarés final su vena más conservadora.

Lo mejor: La dedicatoria a Irlanda, la diversidad temática del Certamen Nacional, el (medio) estreno de 'Casual Day', 'La parabólica' de Xavi Sala y los dos boletines informativos

Lo peor: Los molestísimos problemas de sonido en las tres primeras sesiones del Certamen Nacional, un quinteto de cortometrajes que no alcanzaban la talla para competir en Alcalá y los balbuceos, tímidos todavía, del Certamen Internacional, apuesta a largo plazo

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