viernes, 23 de febrero de 2007

'LA INJUSTICIA DE DOU E QUE CONMOVIÓ EL CIELO Y LA TIERRA'. Ojos rasgados

Crítica de teatro

'La injusticia contra Dou E que conmovió el cielo y la tierra'
Autor: Guan Hanqing
Dirección: Víctor Velasco
Traducción: Alicia Relinque
Compañía: Tragaleguas
Escenario: Teatro Moderno de Guadalajara, viernes 23 de febrero

Juzgar una obra el día del estreno es una tarea ardua para todos los factores implicados en la puesta en escena. Ni la gran intérprete Julieta Serrano concede esa licencia a sus más allegados, a los que cita más adelante, una vez despojada de nervios y inseguridades. Tragaleguas Teatro sacó con nota y con pocos titubeos esa primera función que tantas veces se atraganta. Hay detalles por pulir y una llamativa ausencia de compenetración en algún aspecto, pero 'La injusticia contra Dou E' salió adelante con prestancia, en una noche en la que la jovencísima compañía afincada en Azuqueca casi consiguió llenar el Teatro Moderno con un trabajo personal, veraz y lleno de autenticidad.

Un texto chino del siglo XIII, desconocido por estas fronteras y de ambiciosas miras, el reto reunía un grado elevado de riesgo. Tragaleguas Teatro sometió el libreto de Guan Hanqing, considerado el Shakespeare de ojos rasgados, a sus características. Teatro de sensaciones, muy gestual, con gran importancia de la atmósfera sonora y de lento desarrollo argumental, sometido al trabajo expresivo y corporal de los intérpretes.

Debajo de esa capa visual quedó, en un segundo plano, el relato de Dou E, mujer luchadora sometida a los designios de la injusticia, insuficiente para comprender el contexto de la época, responsabilidad de, según se mire, una virtud o defecto: tratar de favorecer el trabajo al espectador. Largos monólogos aportaban al patio de butacas el núcleo de la información de la historia, sumando sencillez y restando complejidad, más de lo deseable en ocasiones, a una obra con mucha energía, la mayoría procedente de la interpretación de Alicia Cortina.

A un lado el relato y la moraleja final, lo más favorecedor de 'La injusticia...' es el apartado visual. El trabajado vestuario y la escenografía, sin más protagonismo del requerido, lucen, al igual que los dos últimos actos de la función, los de mayor intensidad. Aunque lo más importante de este montaje sea la recuperación un texto teatral que, en otras circunstancias, habría quedado relegado al olvido, y que la compañía Tragaleguas, con mucho entusiasmo, ha demostrado que es susceptible de resistir a una interpretación más contemporánea y accesible.

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