jueves, 11 de enero de 2007

'LA SOMBRA DE NADIE'. Intento fallido (**)

CRÍTICA DE CINE

Débil y artificial, 'La sombra de nadie' reúne unos cuantos argumentos que facilitarán la tarea a los que con constancia despotrican sin reparos contra el cine español. El segundo largometraje de Pablo Malo se desmorona rápidamente por culpa por un guión inconsistente e inverósimil que articula una trama sin fuerza, carente de ritmo y que se mueve sin pericia entre los derroteros del suspense, el drama y, sin buscarlo, la comedia. Una pena, porque la escena con la que arranca esta historia de secretos del pasado enmarcada en un ámbito rural montañoso, es magistral, generadora de unas expectativas que luego no se cumplen.
Autor de la laberíntica y apreciable 'Frío sol de invierno', Pablo Malo se mostró en su debut como un cineasta con habilidad a la hora de construir historias de un perfil secundario. En 'La sombra de nadie' no queda ni rastro de ese buen gusto literario, perdido en beneficio del terror fantasmagórico que popularizaran M. Night Syhamalan ('El sexto sentido') y Alejandro Amenábar ('Los otros').
Todo nace, básicamente, de la torpeza de un guión desafortunado y endeble, un mal que ya sufrió su cortometraje 'Jardines deshabitados', un claro antecedente, incapaz de dotar de coherencia al desarrollo de los acontecimientos. Sí permanece una fotografía impoluta y un trabajo actoral de notable nivel medio. En ese sentido, elogio absoluto a la labor desarrollada por ese magnífico profesional, uno más en la cuenta, que es Manuel Morón, aquí un pueblerino de irreductible carácter.
'La sombra de nadie' combina relatos y personajes acosados por un pasado oscuro hasta desembocar en un epílogo irreconocible y abierto a las dudas sin respuesta. Con buen gusto, Pablo Malo arma la trama alrededor del suspense psicológico. Nada de efectos inesperados, a no ser por ese par de sustos sorpresa que tan buenos resultados proporcionan entre el público sin pretensiones y que aquí chirrían en exceso. De agradecer es también esa aproximación a la comedia de los 70 por mediación de los personajes interepretados por Vicente Romero y Ándres Gertrudix. Desafortunadamente, tampoco termina de encajar en un conjunto que apuesta de forma decaída por un suspense que no pasa por ser un mera colección de tópicos. Decepcionante.

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