lunes, 8 de enero de 2007

'BABEL'. Dolor y esperanza (****)

CRÍTICA DE CINE

La globalización ha acentuado la falta de comunicación entre los seres humanos. Lo que se ha ganado en cercanía por medio de los avances tecnológicos se ha compensado por la ausencia de sensibilidad en el trato directo. La incomunicación es uno de los rasgos más palpables que configuran la actual sociedad moderna.
Ambiciosa como pocas, 'Babel' se agarra fuerte a esa premisa para vomitar, no hay mejor término, una película dolorosa y por la que fluye una desolación cuidadosamente estudiada, puesto que al final se eleva por encima de personajes, actitudes y tramas un suspiro de esperanza, materializado en dos escenas hipnóticas, de las que dejan poso por mucho tiempo. Y con una metáfora física final que regala una de las estampas más impactantes que se han paseado en los últimos tiempos por la pantalla, encaje de un puzzle compuesto con sabia maestría.
Edificada a base de azares y fatalidades, 'Babel' vibra al ritmo del guión escrito por Guillermo Arriaga. La dirección de González Iñárritu añade una fuerza estética fundamental, pero es el texto de Arriaga, su habilidad para tejer historias que perforan conciencias sin dificultad, la mano que mueve las marionetas que se reparten en cuatro escenarios. A diferencia de 'Amores Perros' y '21 Gramos', 'Babel' se posiciona fuera de un escenario único.
Una bala perdida disparada en el desierto marroquí repercute en una joven sordomuda de Tokio y en la vida de un matrimonio norteamericano. Ese disparo constituye el punto de partida en la creación de una telaraña que avanza a paso firme, alternando momentos de gran brillantez con otros de vacío absoluto. De la tragedia inicial van brotando raíces profundas como la soledad, el miedo, la inmigración ilegal y hasta el afán norteamericano por sembrar el miedo colectivo mediante el término 'terrorismo'. Siempre con la incomunicación, sea el idioma que sea, ejerciendo de gurú en las alturas.
El binomio Arriaga-González Iñárritu se deshace después de esta agobiante y mayúscula 'Babel', un brillante epílogo para una de las colaboraciones colectivas más jugosas que ha regalado el cine en la última década. El legado que han dejado, una única trilogía deslumbrante, quedará para siempre en la videotecas de los que todavía creen que con una cámara y un texto se pueden remover sentimientos.

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