sábado, 2 de diciembre de 2006

'ILDEBRANDO BIRIBÓ O UN SOPLO AL ALMA'. Cajones llenos de teatro

CRÍTICA DE TEATRO

'Ildebrando Biribó o un soplo al alma'
Autor: Emmanuel Vacca
Compañía: El Gato Negro
Dirección: Iñaki Rikarte
Actor: Alberto Castrillo
Escenario: Corral de Comedias (Alcalá de Henares). 1 de diciembre de 2006

Puntualmente, los montajes pequeños se encuentran escondidos, eclipsados por el despliegue de medios de las grandes producciones. Sin embargo, muchos de ellos ofrecen una buena dosis de teatro puro, despojado de artificios inservibles y grandilocuencias visuales. Ése es el caso de 'Ildebrando Biribó o un soplo al alma', el espectáculo que pasó el pasado fin de semana por las tablas del Corral de Comedias.
La compañía El Gato Negro rescata una de esas desaparecidas figuras que desprenden el entrañable encanto ligado a los eternos perdedores. El apuntador de la primera representación mundial de 'Cyrano de Bergerac', unido a uno de esos finales poéticamente trágicos, se convierte en el protagonista absoluto de un montaje cálido y minimalista, un privilegio reservado a un escaso número de afortunados espectadores.
Alberto Castrillo-Ferrer es encargado de llenar el escenario durante los noventa minutos de representación. Su labor en esta ‘Ildebrando Biribó’ no es fácil, pero roza la perfección. Interpreta a una treintena de personajes a través de los cuales se enfrenta a la comedia, el drama, la inocencia, la ingenuidad, la prepotencia o el histrionismo. Un collage de figuras escénicas que fluyen de manera natural, acompañadas de la expresividad que caracteriza a un actor curtido en el ámbito del teatro gestual.
Para crear una puesta en escena correctamente austera basta un 'secretaire' lleno de magia que se transforma en toda suerte de escenarios imaginables. El mueble, plagado de multitud de cajones capaces de ofrecer infinitas posibilidades, se convierte en una ventana al mundo del teatro, a ese universo paralelo en el que es posible olvidarse de los problemas y vivir nuevas historias.
‘Ildebrando Biribó’ es un ejemplo de honestidad, dedicación y saber hacer. Una pequeña pieza capaz de entretener y provocar una sonrisa sincera. Uno de esos regalos escénicos con los que no es fácil toparse.

(MM)

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