sábado, 28 de octubre de 2006

'CABARET'. Una oportunidad única

CRÍTICA DE UN MUSICAL

'Cabaret'
Producción: Stage Entertainment
Dirección: Moira Chapman
Escenario: Teatro Buero Vallejo (Guadalajara). 28 de octubre de 2006

Unos cuantos avisos. 'Cabaret', el musical, poco se parece a la película. Es diferente, juguetón y volátil, con cambios idiomáticos en las canciones que pueden ser difíciles de asimilar, y absorbido por un gigantesco prisma de entretenimiento, sobrealimentada de diversión y drama por dos lados y no uno. A algunos les costará reconocerla. Allá va otra observación. Fuera de esporádicos pasajes gélidos, que los hay, y de la dificultad que tiene para transmitir ideas, que no sensaciones, este 'Cabaret' es prácticamente imposible que decepcione. Es, simplemente, por el placer de ver un Buero Vallejo a reventar, tanto de público como de color, dibujando una estampa vitalista y rentabilizando sus hiperbólicas dimensiones. Una oportunidad única, en ese sentido, para Guadalajara y para el teatro que opera de estandarte cultural de la ciudad. Hasta los eternos problemas acústicos son una delicia ante la delicada parafernalia que monta 'Cabaret'.
Metidos en faena, este 'Cabaret' es una pieza poderosísima aunque agrietada, con ranuras por las que se escapa la emoción, especialmente en los primeros 45 minutos. Visualmente es irreprochable. La puesta en escena es fabulosa, apabullante. El juego de luces aporta dinamismo constante al espectáculo y el vestuario respira realidad. Literalmente, uno puede sentirse dentro de un Cabaret años 30 alemán. Y un consejo. Cuanto más cerca del escenario, más se disfruta del montaje.
La historia, novedad en el musical, en vez de centrarse en el personaje de Sally Bowles, se ramifica en dos direcciones, la que toma la relación de amor de la propia Bowles y la que vive la dueña de una pensión y un viudo de origen judío. Mientras la primera es la que sustenta la trama, la segunda se limita a aportar una importante dosis de sentimentalismo. El tiempo se reparte, lo que minimiza el discurrir de sus respectivas tramas.
Entre tanto jaleo musical –la dirección de Azpilicueta es brillante–, el contenido moral de 'Cabaret' es difícilmente perceptible. Hay que saber leer entre líneas y abstraerse de la belleza visual para encontrar esa carga crítica. Esa Alemania de 1931 sobre la que se cernía el nazismo, aunque no terminara de creérselo. En ese punto el epílogo, directo, sin concesiones y con el apoyo del vacío escénico, es sinceramente efectivo. <>Ejerciendo de gurú, un maestro de ceremonias, Emcee, encarnado por un carismático Víctor Masán, caracterizado como un ser andrógino e inquietante pese a su apariencia traviesa. Masán se constituye como una de las mejores bazas del espectáculo, ayudando a crear el clima adecuado. Hasta de sus salidas de tono o de su previsible incursión por el patio de butacas, sale beneficiado. Un sobresaliente para Masán, una buena nota que también se podría apuntar en cuestiones artísticas, aunque no interpretativas, Marta Ribera, Sally Bowles en la obra. Simplemente correcta a la hora de esbozar a una decadente, pero a la vez optimista estrella de cabaret, se eleva prodigiosamente cuando toca liberar la voz. 'La más fabulosa' y el tema estrella, 'Cabaret', son las dos piezas de más bella ejecución.
Un musical a lo grande 'Cabaret', magnífica oportunidad para disfrutar de un espectáculo diferente a lo que se oferta en Guadalajara.

No hay comentarios: