jueves, 3 de agosto de 2006

'HACIA EL SUR'. Cuerpos que matan (**)

CRÍTICA DE CINE

Congo, Ruanda, Afganistán, Haití... Son lugares maldecidos por el infortunio y el olvido, perdidos en el mapa y machacados por la miseria y la guerra. Sus ciudades, sus historias, ofrecen, sin suerte, material de primer orden para la industria cinematográfica. El francés Laurent Cantet fue valiente y se marchó a Puerto Príncipe, misérrima capital de Haití, para rodar 'Hacia el sur', un relato agrio y crudo, cine denuncia que escarba en uno de esos capítulos olvidados de los que nadie quiere saber nada.
Historia de contrastes brutales, Cantet fija su hábil mirada en esas mujeres adineradas, mayoritariamente norteamericanas, que buscan en las hermosas playas de Haití un refugio dorado para saciar la falta de cariño sexual que domina sus vidas en el primer mundo. Dos de esas turistas ricachonas, Charlotte Rampling (impresionante labor) y Karen Young, se desafían, se baten en duelo por las atenciones de un joven nativo apuesto y simpático.
De fondo reluce la caótica situación del Haití de finales de los 70, fácilmente equiparable a la actual. Incómoda y extremadamente ambiciosa, apretando con desigual fuerza un nutrido conglomerado de temas, a 'Hacia el sur' sólo le sobra un final caótico y precipitado, más cercano al thriller que al drama, para consagrarse como una película de altura. Mucha atención a su fotografía, fabulosa.

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