lunes, 27 de marzo de 2006

'LOS AIRES DIFÍCILES'. Pasiones débiles (**)

CRÍTICA DE CINE

(El hecho de que 'Los aires difíciles' se llevase el premio grande del Festival de Málaga define a la perfección el estado crítico del cine español. ¿De verdad no había nada mejor a concurso que este irregular dramón de Gerardo Herrero? Desde mi posición de perpetuo espectador, me niego a creer que sea así. Optimismo dentro de un pesimismo totalmente realista).

Demasiado forzada, escorada hacia un dramatismo que a la fuerza resulta poco creíble,'Los aires difíciles', enésima adaptación cinematográfica de una novela de Almudena Grandes, maneja torpemente y sin apasionamiento un maremoto de emociones que en ningún momento termina de cuajar. Resulta sorprendente que esta película insípida y de nivel medio, dramón perpetuo por el que desfilan unos personajes que bordean la tragedia, haya sido la ganadora del Festival de Cine de Málaga. Su victoria es un termómetro perfecto para medir las gélidas temperaturas que sufre la industria nacional, encasillada en un cine funcional, dirigido con oficio, pero que peca de falta de originalidad, no empatiza con el espectador y que se ha olvidado que el entretenimiento, sólo eso, también forma parte del juego fílmico. Si a ese déficit le añadimos uno de los peores castings que se han podido ver en los últimos tiempos, el resultado es esta indiferente 'Los aires difíciles', dirigida con oficio pero sin ningún atisbo de cariño por Gerardo Herrero.

'Los aires difíciles' plantea una historia de segundas oportunidades y de redención, formalizada por unos personajes marcados por el pasado, como el que interpreta sin suerte José Luis García Sánchez, un doctor atrapado por las redes indisolubles que teje la familia y que huye buscando la tranquilidad de conciencia. En la elección del escenario al que llega, la costa gaditana, radica la noticia más positiva de una película cuyos hilos maneja con soltura, aunque con excesiva lejanía, Gerardo Herrero. El director involucra en la trama principal, a la que cuesta desperezarse tras un inicio tedioso, a multitud de personajes. A diferencia de 'El principio de Arquímedes', la mejor película de Herrero, en 'Los aires difíciles' no pierde el tiempo en perfilarlos con precisión. Se genera así una distancia insalvable entre el espectador y los protagonistas. No existe empatía, no se entienden ciertas actitudes y menos aún las consecuencias que se derivan a las escasas acciones que hay durante el metraje. Especialmente sangrante es el caso del personaje interpretado por Carmen Elías. Está ahí, ocupa multitud de planos. Pero nada se sabe de ella, de su pasado, su presente o su propia personalidad. Lo mismo pasa con Pilar Castro y su caracterización excesivamente forzada de esa arpía que es Charo, con alguna frase de guión chirriante y que provoca sonrojo.


Narrada en tres tiempos y sujeta a constantes saltos temporales, 'Los aires difíciles', rodada sin pasión, con la sensación que debe tener una ola cuando se acerca a la orilla, la de dejarse llevar, es una película decepcionante. En esta adaptación de Gerardo Herrero, que alterna sin lograr complementar contención y dramatismo forzado, se acumulan algunos de los grandes errores que atenazan al cine nacional. En Málaga, pese a la elevada cantidad de horas de exhibición, todavía no se han dado cuenta que hay algo que no encaja.


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