domingo, 19 de febrero de 2006

KIKO VENENO. Máster en sencillez

CONCIERTOS

Kiko Veneno
Escenario: Teatro Buero Vallejo (Guadalajara). 18 de febrero de 2006

Hábil cronista de lo cotidiano, Kiko Veneno volvió a demostrar por qué su nombre está escrito en mayúsculas dentro del todavía pequeño libro de la música española. Fue el de ayer uno de los mejores conciertos que ha vivido el Teatro Buero Vallejo desde su creación. Básicamente, por un par de motivos. Uno, el invitado sorpresa, llegó de la gratísima respuesta que ofreció el Auditorio ante los embistes sonoros de la potente formación que acompañaba a Kiko Veneno, La Banda del Retumbe. El otro, no por esperado menos reseñable, lo proporcionó el errante artista nacido en Figueres. Su concierto fue ejemplar. Dejó el virtuosismo instrumental a los componentes de su banda y se centró en lo suyo, en interpretar con su habitual gracejo andaluz unas canciones siempre sustentadas en la sencillez argumental y lírica. Le ayudó el repertorio desplegado, elegido con sabiduría. Los temas eternos, instalados en el subconsciente de sus seguidores, se mezclaron con fluidez con los más anónimos de su última creación, 'El hombre invisible', composiciones que pasaron de puntillas por el Buero.

Poco habitual por estas tierras, un concierto de Kiko Veneno es un acontecimiento en Guadalajara. El público lo supo apreciar y respondió con bravura, a veces excesiva, a la propuesta lanzada desde las tablas. Arrancó fuerte el del pelo blanco, con casi diez minutos de sonido de 'El hombre invisible', abriendo las puertas a una velada calurosa, luminosa y refrescante, más veraniega que invernal. De menos a más, siguieron 'Los Delincuentes', intercalada con una declaración de principios del irreverente Veneno ("te suda el triunfo y te resbala el fracaso"), hasta llegar a 'Memphis blues', uno de sus himnos, pieza indispensable de su colección y ejemplo perfecto de lo que es su música: ligera, amable, divertida y con un toque surrealista a medio camino entre la dura protesta y la ironía. A la novedosa y magnífica 'Hoy no' le siguió luego una certera andanada de temas del pasado, con 'Lobo López', 'El lince Ramón', 'Me siento en la cama' o 'Soy un catalán muy fino'. Con el máster en sencillez en el bolsillo, Kiko Veneno terminó licenciándose a lo grande con 'Volando voy'. De sobresaliente.

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