martes, 30 de agosto de 2011

'BLACKTHORN'. Oeste de antes


CRÍTICA DE CINE

'Blackthorn. Sin destino' (Mateo Gil. España, 2011)

El western está desterrado de las pantallas desde hace tiempo. Se cita al género a nivel crítico con la intención de dar lustre y modernez, añadiendo sea consecuente o no un destello de calidad al estreno de turno. Ha quedado como ese mueble de lujo, antaño tan usado y hoy vivero de recuerdos, que se mira con orgullo pero con cierta distancia, sin afán de desempolvarlo. En tales condiciones, empeños como el llevado a cabo por Mateo Gil, la apuesta pura y dura por un cine de género y al mismo tiempo la recuperación de uno de sus iconos, Butch Cassidy, puntúa doble. Por atrevimiento y porque una vez degustado ‘Blackthorn’ supera la prueba del recuerdo, tanto a nivel de género, aunque se hagan visibles con demasiado respeto sus fuentes referenciales, como estrechando el cerco, con la grandeza que Sam Sheppard, viejo lobo solitario del todo cultural, otorga a su personaje.

‘Blackthorn’ es Sheppard y algo más, un batido de un poco de mucho cine del Oeste en una sesión. Hay tragedia y aliento épico, un personaje crepuscular, un amigo más joven, una desbocada persecución, viejas cuentas por saldar y un paisaje casi lunar en lo que supone su mayor hallazgo. Quizá demasiado peso para un guión algo endeble en cuanto a consistencia argumental y que si de inicio se despeña, y puede hacerlo debido a la burda o evidente presentación de ciertos personajes, hará del visionado de ‘Blackthorn’ una experiencia menor. Aunque todavía quedará mucho, un trabajo ciertamente inédito en la industria española actual y la recuperación de un director , Mateo Gil, todavía con muchas balas por disparar.

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