miércoles, 5 de enero de 2011

'LA POSESIÓN DE EMMA EVANS'. Té, sangría y exorcismos


CRÍTICA DE CINE

'La posesión de Emma Evans' (Manuel Carballo. España, 2010)

Manuel Carballo va subiendo con ritmo cada uno de los escalones del cine de terror. En su primer acercamiento al género, ‘Los últimos justos’ (2007), tiró con escasa fortuna del modelo del ‘thriller’ histórico-religioso, tan de moda aquellos años. La Filmax le ampara ahora en su segunda producción, un digno intento de dar una nueva vuelta de tuerca al tema de las posesiones diabólicas.

En ‘La posesión de Emma Evans’ se despoja de señas autóctonas y toma el vuelo a Londres, el salto al mercado internacional lo impone. Allí se desarrolla una historia que coge, corta, recicla, pega, transforma y añade alguna modesta novedad a todo lo visto anteriormente en el terreno de los exorcismos cinematográficos. No oculta sus fuentes ni pretende pasar por innovadora e ingeniosa, más allá de una vibrante puesta en escena cámara en mano que sale resultona. La pega es la de siempre, un enclenque guión fiado a un giro demasiado liviano y que exige demasiado de la ingenuidad del espectador. La verosimilitud tiene un límite, y cuando la protagonista levita ante los atónitos ojos de sus padres y las consecuencias de tal acción son mínimas, el andamiaje de la credibilidad del filme se viene abajo.

Té y sangría a un lado, si hay algo que demoniza esta película es el papel decorativo de la familia, pura dinamita en lo relativo a la relación entre padres e hijos. Y ya de paso le arrea un sopapo poco doloroso a cierta casta eclesiástica poseída por la ambición, en lo que se erige como un intento de reafirmar algo que ya no precisa de demostración alguna: que, a fin de cuentas, el hombre puede resultar mucho más peligroso que el mismísimo demonio.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Buena crítica, aunque yo haría más sangre con el guión. Resulta cansino en su propuesta: que las cosas malas ocurren ante los ojos despreocupados de las personas. Ya sabes, "nadie debe quedarse a solas con Enma".

Me mantengo, hay una buena mano en la dirección, incluso en el montaje, pero una preocupante falta de interés por la historia. M

Anónimo dijo...

Le sobra también ese plano final pretendidamente artístico. Podría haber sido mucho peor y al final resulta un producto digno, con sus defectos. Respecto a la credibilidad, exige demasiado. Pase lo del tío exorcista y sus pentagramas, la levitación y demás, porque, es cierto, lo de "nadie debe quedarse a solas con Emma" es insuperable.