jueves, 5 de octubre de 2006

'VETE DE MÍ'. A mala leche (***)

CRÍTICA DE CINE

El primoroso trabajo de dos actores de generaciones distintas y características opuestas es lo que abrillanta la imagen de una película pequeña, hecha con buen gusto, llena de diálogos ágiles y mucha mala leche y con un punto de partida tan sencillo como atractivo. Un hijo y un padre. El gorrón y el fracasado. Dos seres perdidos por la vida, cada uno con sus circunstancias. Dos mundos alejados en un principio que confluyen en una de las escenas finales más apabullantes que se han visto por el celuloide en los últimos tiempos.
Drama menos cómico de lo aparente sabiamente perfilado por ese joven director llamado Víctor García de León, de anónimo estreno con la floja 'Más pena que gloria', encuentra en un inmenso Juan Diego el foco que acapara todos los elogios. El intérprete borda su papel de veterano actor venido a menos, añadiendo de su propia cosecha un montón de registros sólo al alcance de maestros de la interpretación. Una muestra es ese exhausto paseo por los sótanos de la noche, una larguísima escena, punto culminante del choque de personalidades entre el protagonista y su 'partenaire' Juan Diego Botto.
La labor del vástago, ejemplar treintañero vago, acomodado y vividor, una envidia para el resto de los mortales y una especie cada vez más abundante, no le anda a la zaga. Trenza con tímida habilidad un papel diametralmente opuesto aunque hermanado al que hizo en 'Martín Hache'. Sin ellos, especialmente sin ese personalísimo Juan Diego, 'Vete de mí' no pasaría de ser una película simpática, pero sumamente lineal, con escasos atractivos argumentales una vez puesto el material al servicio del espectador.
Trabajo eminentemente descriptivo de la vertiente del perdedor, 'Vete de mí' rebosa humor insano, de ese en que la risa y la tristeza, indistintamente, son sensaciones provocan desolación. No hay cercanía a los personajes, hay una incomprensión que se extiende hacia todos los secundarios que pasan por la pantalla. Una visión nueva y vistosa, además de actual, del conflicto universal entre padres e hijos.

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