lunes, 4 de septiembre de 2006

'AULLIDOS'. Una del montón (**)

CRÍTICA DE CINE

Wes Craven ha dejado en manos de uno de sus discípulos, Nick Mastandrea, la tarea de rodar una de esas historias destinadas a rellenar la deprimente cartelera estival. Sutileza mínima, ausencia de referentes y tópicos hasta la extenuación son los ingredientes de 'Aullidos', un espectáculo de suspense gratuito, casposo y con la única finalidad de llenar los bolsillos del ínclito Craven.
Poco se puede esperar de una película en la que la su mayor y casi única baza es la presencia en pantalla de ese icono adolescente que es Michelle Rodríguez. Producción de bajo coste que huye del terror barato para refugiarse en un suspense mal facturado, 'Aullidos' relata el viaje de fin de curso de un grupo de cinco jóvenes a una isla que creen desierta. Después de media hora de conversaciones estúpidas y subtramas personales de relleno, aparecen los otros ocupantes del islote, unos perros sedientos de carne humana. A partir de ahí cualquier aficionado al género puede averiguar con facilidad el orden de desapariciones entre el quinteto (sí, hay un negro graciosote entre ellos) y la aparición de los pertinentes sustos.
Lejos de generar temor, los perros de 'Aullidos', una jauría de pastores alemanes, belgas y hasta algún caniche, crean una sensación que se mueve entre la ingenuidad absoluta (esas cicatrices de pega) y cierto tono cómico. La idea de evitar el uso de la tecnología digital podía haber sido buena. Pero vistas las deficiencias del resultado final, más le hubiera valido a Mastandrea y a Craven tomarse menos en serio el desarrollo de la película. Por cierto, todo un atrevimiento el del cartel al atreverse a comparar 'Aullidos' con 'Los pájaros' de Alfred Hitchcock. Ni de lejos.


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