CONCIERTO
Pereza
Estilo: Pop-rock
Escenario: Huerto de los Leones (Alcalá de Henares). 24 de agosto de 2006
Pereza
Estilo: Pop-rock
Escenario: Huerto de los Leones (Alcalá de Henares). 24 de agosto de 2006
El de Pereza es uno de los casos más misteriosos del panorama musical en la actualidad. Aunque más que enigmático, se le puede considerar afortunado. Rubén y Leiva llegaron, observaron la nula competencia en el campo del pop-rock callejero, movilizaron con ayuda externa la maquinaria de marketing para crear dos personajes con enganche, sonrieron por todos lados y obtuvieron como resultado el éxito inmediato.
Con apenas dos discos en el mercado, tres si se cuenta ese álbum de debut en el que eran terceto y vendían otra imagen, han revolucionado la limitada escena musical con un estilo canalla, divertido y gamberro pero poco perturbador. El concierto de Alcalá de Henares fue así, ligero y superficial. Mucha pose, poca música. Sufrieron para llegar a los noventa minutos de duración, que alcanzaron después de rellenar el tiempo con un exceso de guitarreo –en estudio suenan muchísimo mejor- y de conversaciones vacías, en algún caso de dudosa autenticidad.
Un directo el de Pereza con poca pegada, algo inesperado para un grupo que ha hecho de su frescura, juventud y pujanza una de sus mayores bazas. En formación de cuarteto, Pereza repasó en profundidad los temas de sus dos últimos trabajos, 'Algo para cantar' y 'Animales'. Priorizando la estética al fondo, desde el escenario empezaron a sonar esas piezas marca de la casa, rápidas, vibrantes, espontáneas, ágiles y que no difieren de la estructura básica que sujeta el cancionero de la mayoría de grupos de primer nivel comercial del país.
'Si quieres bailamos', la efectiva 'Yo sólo quiero', 'Házmelo' y 'Superjunkies' (con dedicatoria a los políticos encarcelados en Alhaurín de la Torre) fueron el aperitivo suave a las verdaderas cabeza de cartel. 'Todo' se escuchó dos veces, licencia de un acelerado Leiva. 'Princesas' desembocó en una locura colectiva, que sólo se repitió en el tramo final con 'Pienso en aquella tarde', esa canción que no paró de sonar en las emisoras durante muchos meses.
Pereza ofreció lo de siempre, aunque con matices. Música descontrolada, mucho sexo y ligoteo, fácil digestión y olvido instantáneo. Continuas referencias (Burning, Sabina, Rolling Stones) para un grupo que todavía no ha conseguido un sonido totalmente personal.
Con apenas dos discos en el mercado, tres si se cuenta ese álbum de debut en el que eran terceto y vendían otra imagen, han revolucionado la limitada escena musical con un estilo canalla, divertido y gamberro pero poco perturbador. El concierto de Alcalá de Henares fue así, ligero y superficial. Mucha pose, poca música. Sufrieron para llegar a los noventa minutos de duración, que alcanzaron después de rellenar el tiempo con un exceso de guitarreo –en estudio suenan muchísimo mejor- y de conversaciones vacías, en algún caso de dudosa autenticidad.
Un directo el de Pereza con poca pegada, algo inesperado para un grupo que ha hecho de su frescura, juventud y pujanza una de sus mayores bazas. En formación de cuarteto, Pereza repasó en profundidad los temas de sus dos últimos trabajos, 'Algo para cantar' y 'Animales'. Priorizando la estética al fondo, desde el escenario empezaron a sonar esas piezas marca de la casa, rápidas, vibrantes, espontáneas, ágiles y que no difieren de la estructura básica que sujeta el cancionero de la mayoría de grupos de primer nivel comercial del país.
'Si quieres bailamos', la efectiva 'Yo sólo quiero', 'Házmelo' y 'Superjunkies' (con dedicatoria a los políticos encarcelados en Alhaurín de la Torre) fueron el aperitivo suave a las verdaderas cabeza de cartel. 'Todo' se escuchó dos veces, licencia de un acelerado Leiva. 'Princesas' desembocó en una locura colectiva, que sólo se repitió en el tramo final con 'Pienso en aquella tarde', esa canción que no paró de sonar en las emisoras durante muchos meses.
Pereza ofreció lo de siempre, aunque con matices. Música descontrolada, mucho sexo y ligoteo, fácil digestión y olvido instantáneo. Continuas referencias (Burning, Sabina, Rolling Stones) para un grupo que todavía no ha conseguido un sonido totalmente personal.
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