viernes, 22 de diciembre de 2006

'SCOOP'. Clase maestra (***)

CRÍTICA DE CINE

¿Un Woody Allen menor el de 'Scoop'? Para nada. Es una continuación desde un plano bastante más generoso de la deslumbrante 'Match Point'. Otra vez Scarlett Johansson, otra vez un ácido retrato de la clase alta, otra vez un asesinato y otra vez Londres. Muchas coincidencias y una novedad que aparece para dar un vuelco contundente al desarrollo de la historia, fábula de grandísimo epílogo en este caso.
Es la presencia de Woody Allen dentro del reparto la que de inmediato reporta una infusión de comicidad a una película que, no sorprende, goza de un guión fabuloso. Aporta el neoyorquino el punto de desquicie oportuno dentro de una historia inverosímil, ofreciendo una variada galería de tics que, por conocidos, sobra definir. Para lo bueno y lo malo, el Allen actor en 'Scoop' alcanza un protagonismo extraordinario.
Allen, con los mismos resortes que usó en 'Misterioso asesinato en Manhattan', fabrica una trama que transita por derroteros parecidos. Es un divertimento puro y duro, inteligente y que derrocha ironía y unas cuantas cucharadas de mala leche, nada de una obra menor o una película de transición. Si en 'Misterioso asesinato en Manhattan', largometraje que le permitió salir de un largo bache anímico, servía de contrapunto a la atrevida Diane Keaton, en 'Scoop' interpreta a un mago, también escéptico, que acompaña como fiel progenitor a una Scarlett Johansson que cambia la figura de mujer fatal por la de chica ligera de cascos. Aquel que conozca superficialmente el periodismo, en sus más distintos campos, podrá percibir que este personaje, extraña mezcla entre perversa 'trepa' e ingenua más inteligente de lo que trata de aparentar, es una raza común en la profesión. La ambición desmesurada y la búsqueda del reconocimiento social, esas dos joyas que Allen traslada desde 'Match Point' a 'Scoop'.
Dejando traslucir mensajes con segundas, como esa búsqueda de la exclusiva en la que el fin justifica los medios, 'Scoop' es el regreso del mejor Woody Allen al campo de las comedias dramáticas, después de las decepciones cobradas con 'Melinda y Melinda' y 'Todo lo demás'. Una buena noticia para un género que domina y en el que ha vuelto a impartir, con toda la sencillez posible, una obra maestra.


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